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«No da tiempo a cruzar hasta el otro lado, toca correr y es peligroso»

Vecinos de Reus se quejan del poco tiempo que dejan los semáforos para atravesar a pie algunas avenidas. El gobierno sostiene que cumple la normativa

18 diciembre 2022 18:20 | Actualizado a 19 diciembre 2022 14:00
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«Mucha gente, mayor y joven, se queja de que no da tiempo a cruzar hasta el otro lado. Cuando uno llega a la mitad, quizá faltan solo cinco segundos para que cambie a rojo y hay que quedarse esperando entre los cuatro carriles», explica el presidente de la Associació de Veïns Xalets Quintana, Joan Maria Borràs. «Si te despistas, ya tienes que correr y eso es un problema grave y es peligroso», apunta, y señala que «ocurre desde el área del McDonald’s hasta pasado Carrefour».

Peatones que frecuentan algunas grandes avenidas de Reus, como la de Marià Fortuny, señalan el «escaso margen» que dejan los semáforos para atravesarlas andando. Piden más seguridad para el viandante y poner freno al incivismo de los vehículos, que «presionan y avanzan en cuanto tienen el ámbar, aunque aún haya personas pasando a pie en verde y con preferencia».

«Hace muchos años que arrastramos esto, hemos pedido varias veces al Ayuntamiento que lo solucione y no lo logramos», critica Borràs, que incide en que «quedarse en medio de los carriles es totalmente inseguro». «Hay puntas en que la zona se atasca, los conductores van nerviosos y no miran y, cuando logran adelantar, lo hacen a mucha velocidad», precisa el presidente de Xalets Quinana. «Por eso», añade, «si el peatón tiene cierta edad es más delicado, porque no tiene la misma estabilidad y puede caerse».

La cuestión la llevó el PSC al pleno en octubre, a través de un ruego para revisar y reajustar todos los semáforos de la ciudad. El gobierno respondió, al respecto, que la empresa encargada de hacerlo realizó justo el año pasado una inspección y aplicó las pertinentes correcciones.

La diputada y alcaldable socialista Sandra Guaita cuenta que «pedimos que se examinasen especialmente los de las vías de cuatro carriles, porque son los que reciben más quejas». «Algunos vecinos se nos han dirigido en más de una ocasión para expresarnos que estos semáforos no duran lo necesario para cruzar con seguridad», relata, y dice que «el problema se agrava cuando el viandante es una persona de edad avanzada o con movilidad reducida, que no pueden cruzar tan rápidamente». Para Guaita, «ajustar los segundos es muy sencillo y por eso consideramos que el gobierno debe actuar inmediatamente».

Peatones indican que se quedan a medio trayecto y el Ayuntamiento apunta que en las avenidas hay refugios en los que se puede esperar a que se ponga en verde

En cambio, la concejala de Seguretat i Civisme, Dolors Vázquez, sostiene que ese trabajo ya se hizo. Además, «el tema de los semáforos está reglamentado», destaca. Vázquez detalla que «las calles de un solo carril tienen una secuencia de tiempo marcada por reglamento, con un criterio normativizado».

«Por otro lado», especifica, «las avenidas de cuatro carriles tienen en medio un espacio que se llama refugio y que ofrece la posibilidad de volver a pedir que se ponga en verde para abarcar todo el tramo hasta la acera, y los semáforos también siguen secuencias». En este segundo caso, «a nivel de coches, para que no haya aglomeraciones, en los últimos siete u ocho segundos de la fase se les pone el ámbar con tal de que inicien la marcha si no hay peatones», concreta.

Vázquez mantiene que las secuencias «se pueden cambiar si hay motivos fundamentados», pero que «no tenemos incidencias» y «cumplimos la normativa, no es un criterio del municipio». Sobre el ámbar, la responsable de Seguretat defiende que «se usa para espaciar la circulación». «Los vehículos deben respetar y tener una conducta cívica; si están frente a un conjunto semafórico, tienen que atender», dice.

El margen para pasar se calcula considerando que, a ritmo normal, una persona recorre 5 kilómetros por hora. Los semáforos exigen, como máximo, 0,8 metros por segundo

En el pleno, la concejala expuso las fórmulas que se emplearon en la última revisión para fijar el tiempo de los semáforos. «Se hizo una ponderación para evitar el colapso circulatorio pero que haya un tránsito tranquilo de peatones», especificó, e indicó que todo se ciñe al Pla de Mobilitat Urbana.

Según comentó, se toma como velocidad máxima de cálculo la de 0,8 metros recorridos por segundo. «Si la velocidad media de una persona a ritmo normal es de 5 kilómetros por hora, corresponde a 1,38 metros por segundo», dijo, así que ese 0,8 ofrecería todavía más horquilla.

El entorno de Sant Bernat Calvó

Sin embargo, en el cruce en la zona de la calle Miami con la avenida de Sant Bernat Calvó también parece haber problemas. «Allí está el único semáforo que tenemos para cruzar y dura muy poco», advierte el presidente de la Associació de Veïns Monestir, Alfonso Berbel. «Pedimos al Ayuntamiento que lo ampliase, pero nos dijeron que, por cuestiones logísticas, no se podía», lamenta, y expresa que «tal vez sí se ajustó un poco, pero no es suficiente».

La falta de segundos para completar el trayecto de una acera a otra «es un peligro», avisa Berbel. Aunque esa no es la única cuestión de movilidad de la que está pendiente el barrio.

El presidente de Monestir destaca que «solicitamos que el paso de cebra pegado a la rotonda de los lápices sea elevado, igual que hay otros, por el riesgo de atropello». Ante esto, relata, «nos responden que la avenida tiene mucho tráfico y que eso no va bien para los camiones ni los buses, y así estamos».

En algunos puntos de la ciudad hubo problemas pero los vecinos precisan que, tras solicitarlo, se les solucionaron

En otra área de la ciudad, la de la Associació de Veïns El Santuari, los semáforos generaron inconvenientes un tiempo atrás pero se han puesto al día. «Estuvimos como cinco años peleando por el tiempo y porque estaban descompensados en la secuencia rojo-verde», recuerda el presidente de la entidad, Ramón Palmerín. «Tuvimos problemas y duraron mucho, pero nos los solventaron y ahora no tenemos queja», añade.

Y en el barrio Fortuny, cerca de la avenida de Salou, la presidenta de la Associació d’Amics del Barri Fortuny, Pepita Roig, valora que «si uno empieza a cruzar cuando se pone en verde, llega; pero si han transcurrido unos segundos, no». «La gente debe tener paciencia, pulsar el botón y esperar su turno y, sobre todo, no cruzar por donde no se debe», indica, aunque admite que «los coches van muy deprisa» y, a veces, el ámbar genera conflictos.

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