El Ayuntamiento de Reus estudia unas 80 peticiones de los reusenses, recogidas estas el pasado mayo en la Fira d’Entitats, en un espacio concebido para ello. El objetivo de la administración local fue valorar qué servicios o actividades más quiere la ciudadanía en el nuevo centro cívico, el Gregal, situado en el barrio Niloga. Tras su recopilación, las propuestas son variadas: un espacio para una sala de juegos de mesa, otro pensado para el recreo de los más pequeños, un «buen» wifi, un gimnasio y una biblioteca. Estas son solo algunas. Las entidades locales, por otro lado, piden poder estar dentro del nuevo equipamiento.
La gran mayoría de solicitudes recogen temáticas y actividades que «ya se llevan a cabo habitualmente en los centros cívicos», repasan desde la concejalía competente, la de Relacions Ciutadanes. Un ejemplo de ello es la programación de actividades vinculadas al deporte y el baile, idiomas, pintura y artes, así como salidas culturales, música, charlas de educación emocional o mindfulness.
Tras este proceso, el resultado –aportan desde el área municipal– «nos explica que lo que quiere la ciudadanía de los centros cívicos es que estén llenos de actividad y, sobre todo, que sean espacios de relación, en los que las personas y el tejido asociativo encuentre un encaje que les permita crecer».
Cabe recordar que, para plantear lo que pasaría dentro del nuevo centro cívico, desde el Ayuntamiento ya se elaboró un plan de usos en enero de 2021, y ya «se acercó el proyecto a las personas, entidades y colectivos del área de influencia del Gregal, generando diálogo entre la administración y la ciudadanía».
Fruto de este proceso, «con actores clave», se recogieron propuestas de lo que se quería que fuera el Gregal: «Un espacio de relación y colaboración con las escuelas, entidades, colectivos, tejido comercial, etc.». Desde el Ayuntamiento se espera que el nuevo edificio sea «un elemento clave para dinamizar el territorio, creando sinergias, potenciando el uso de salas polivalentes y donde se generen actividades diferentes, para convertirlo en un punto de atención a la ciudadanía y de encuentro». La concejala de Relacions Ciutadanes, Mar Escoda, cuenta, a su vez, que «todas las propuestas recogidas se estudiarán para incorporarlas al catálogo de servicios del nuevo centro cívico». La voluntad es «escuchar todo el mundo, canalizar las propuestas y gestionar los centros cívicos de forma más participativa y próxima a la gente», añade.
Los vecinos se muestran críticos
Los vecinos del Niloga, sobre la inminente culminación de las obras del Centre Cívic Gregal, se muestran críticos. «Disponer pronto del tan reivindicado centro cívico del barrio es algo bueno, porque aún hoy, si queremos hacer uso de alguno, todavía nos correspondería ir al del barrio Gaudí, pero como portavoz, echo en falta una comunicación más ágil y directa con la administración local».
Y es que «no sabemos cuándo acabarán las obras, ni cuándo se hará la correspondiente inauguración del espacio; tampoco nos han pedido opinión en lo que hace referencia a las necesidades ni deseos de las personas más cercanas y miembros del barrio de manera más directa». Insiste en que «tampoco hemos visto, ni el estado actual de las obras, ni nos han hecho ninguna consulta sobre qué carencias tiene el barrio».
