El entorno del Passeig Comercial El Pallol de Reus ha ido acogiendo una sucesión de cambios estos últimos meses. Tras el anuncio de la apertura de un supermercado en la planta baja y, hace poco, la apertura de una tienda de moda y del hogar, se suma ahora el cierre de la tienda de ropa Desigual, hace escasas semanas. Paralelamente, las obras del equipamiento hotelero siguen su curso, habiendo incorporado, a pie de calle, un restaurante. La apertura se ha convertido en un reclamo al ser novedad y «atrae a más cantidad de gente» al centro comercial (CC).
Sobre todos estos cambios, el presidente de la asociación comercial de El Pallol, Pau Salvadó, valora que «cambios y rotación comercial, los ha habido siempre; sería bueno, aun así, que, en ciertos aspectos, no reinara el cambio constante y hubiera una cierta estabilidad».
En verano, la gente sale más y hace más vida en la calle a pesar de las altas temperaturas, y lo cierto es que «el cierre de Desigual no ha supuesto una afectación para nosotros, no hemos notado nada en la afluencia de personas a la zona». «Sabíamos que la cadena estaba inmersa en una reestructuración de espacios y el hecho de que cerrara tienda en Reus no se debía a ningún motivo relacionado con su ubicación, más bien a una decisión de empresa», detalla Salvadó. La afluencia en el CC «es normal, los comerciales trabajan en las futuras incorporaciones de los diferentes locales de El Pallol, y estamos pendientes, claro está, de la apertura del supermercado».
Sobre la presencia de negocios como Pepco, la compañía de origen polaco Pepco que abrió sus puertas en la planta baja el pasado mes de mayo, el representante comercial destaca que «sigue teniendo esas colas de clientes que veíamos al principio, ha sido una sorpresa».
Echando la vista atrás
Salvadó también echa la vista atrás y repasa los negocios que había en El Pallol hace unos años y los que hay en la actualidad: «Tal vez seamos alrededor de cuatro los negocios que estamos desde el principio aquí, es decir, sería la tienda ropa C&A, la peluquería Enzo, la tienda de juguetes Joguines Somnis y la tienda Nespresso».
El secreto de durar estos años abierto, al final, «es una cuestión de azar, puesto que cada establecimiento tiene una situación, sus dificultades, y muchos de nosotros hemos seguido este tiempo porque nos hemos tenido que adaptar, expectantes, a lo que puede necesitar el cliente». La clave es «poder fidelizarlos» –dice– con «algo diferente».
Salvadó recuerda, también, que el complejo comercial «tiene 16 años, estuvimos de aniversario el año pasado, y los cambios son inevitables, tal vez sí que estaría bien conseguir una estabilidad» –insiste– «pero si observamos cómo han evolucionado las calles de Llovera y de Monterols, ambas muy importantes, encontraremos que los negocios que duran son pocos, es algo global».
Al principio del artículo se mencionaban los cambios por los que ha pasaso El Pallol en cuanto a aperturas y cierres de negocios, pero en lo que a remodelación se refiere, también ha habido una transformación. Las obras que han comportado la instalación del futuro supermercado Mercadona son un ejemplo. Han supuesto una redistribución de las diferentes dependencias, entre las cuales figuran aseos, la tienda de juguetes y la de muebles.
