Las lluvias de esta semana, a lo largo de las jornadas, han sido intermitentes y abundantes y han dejado una estampa de comerciantes en Reus –en pleno despliegue de ‘Les Botigues al carrer’– de lo más resiliente. El clima inestable los ha obligado a realizar un baile sin pausa de paradas dentro y paradas fuera. Por la lluvia de esta semana, la organización ha decidido alargar la acción hasta el martes, para así cerrar temporada de verano como es debido.
Sobre las ventas, el sector las describe como «más flojas» respecto a las del verano pasado. Gemma Molner, del consejo directivo de la entidad impulsora, El Tomb de Reus, y de la tienda de ropa femenina Xarol, expresa que al ser una acción que funciona «tan bien», lo mínimo era alargarla y, sobre la temporada, ha sido «correcta», compararla con la del año pasado «es complejo», porque fue «óptima». «Nos mantenemos positivos aun así», asegura.
La presidenta de La Unió de Botiguers, Rosa Lucas, declara que las rebajas de verano han sido «flojas». «Ya no tienen el eco de antes debido a la liberalización de las fechas para poder hacer descuentos y promociones, algo que perjudica al pequeño comercio», observa Lucas. ‘Les Botigues al carrer’ son una «buena iniciativa» para «acabar de liquidar stock» y, a pesar de que el tiempo no ha acompañado, «el balance será positivo». «Por estas fechas –cuenta, por su parte, Montse, de la tienda de ropa femenina Bambalina, de la calle Llovera– la gente tiene muchos gastos, está la vuelta al cole, eso afecta a la venta y la lluvia entorpece, haciendo bajar la afluencia de posible clientela».
En otra vía comercial, la calle de Jesús, está el encargado de la corsetería Minimum, Jordi Figueras, quien apunta: «Este año ‘Les Botigues al carrer’ han sido caóticas por la lluvia, nos han dicho que las alargarán unos días más y nosotros, dependiendo de si más tiendas sacan o no su parada fuera, nos sumaremos». Se produce una especie de «efecto llamada», dice, y que haya varias gangas fuera «siempre llama a más gente».
Un restaurante japonés en El Pallol
Las rebajas, resume Figueras, han ido «a la baja» respecto al verano anterior. «Se hacen más bien tarde de cuando llega el calor y el cambio climático tiene mucho que ver, nos afecta y las lluvias de ahora son por eso», asegura. No solo se puede vender cuando estás en rebajas, señala, y su tónica es: «Ir manteniéndonos, pero creemos que se deberían de cambiar los tipos de descuento, empiezas a vender cuando estás en rebajas y es un problema».
Paralelamente, el presidente de la asociación comercial de El Pallol, Pau Salvadó, coincide con que las ventas han flojeado, pero «las observamos en positivo, y hay movimiento», pues nuevos restaurantes con apertura inminente, como Cervus en el arrabal de Jesús y un japonés (un Sibuya Urban Sushi Bar) en El Pallol, los observa como «complemento» que puede hacer de revulsivo al comercio.
Las lluvias de esta semana, a lo largo de las jornadas, han sido intermitentes y abundantes y han dejado una estampa de comerciantes en Reus –en pleno despliegue de ‘Les Botigues al carrer’– de lo más resiliente. El clima inestable los ha obligado a realizar un baile sin pausa de paradas dentro y paradas fuera. Por la lluvia de esta semana, la organización ha decidido alargar la acción hasta el martes, para así cerrar temporada de verano como es debido.
Sobre las ventas, el sector las describe como «más flojas» respecto a las del verano pasado. Gemma Molner, del consejo directivo de la entidad impulsora, El Tomb de Reus, y de la tienda de ropa femenina Xarol, expresa que al ser una acción que funciona «tan bien», lo mínimo era alargarla y, sobre la temporada, ha sido «correcta», compararla con la del año pasado «es complejo», porque fue «óptima». «Nos mantenemos positivos aun así», asegura.
La presidenta de La Unió de Botiguers, Rosa Lucas, declara que las rebajas de verano han sido «flojas». «Ya no tienen el eco de antes debido a la liberalización de las fechas para poder hacer descuentos y promociones, algo que perjudica al pequeño comercio», observa Lucas. ‘Les Botigues al carrer’ son una «buena iniciativa» para «acabar de liquidar stock» y, a pesar de que el tiempo no ha acompañado, «el balance será positivo». «Por estas fechas –cuenta, por su parte, Montse, de la tienda de ropa femenina Bambalina, de la calle Llovera– la gente tiene muchos gastos, está la vuelta al cole, eso afecta a la venta y la lluvia entorpece, haciendo bajar la afluencia de posible clientela».
En otra vía comercial, la calle de Jesús, está el encargado de la corsetería Minimum, Jordi Figueras, quien apunta: «Este año ‘Les Botigues al carrer’ han sido caóticas por la lluvia, nos han dicho que las alargarán unos días más y nosotros, dependiendo de si más tiendas sacan o no su parada fuera, nos sumaremos». Se produce una especie de «efecto llamada», dice, y que haya varias gangas fuera «siempre llama a más gente».
Un restaurante japonés en El Pallol
Las rebajas, resume Figueras, han ido «a la baja» respecto al verano anterior. «Se hacen más bien tarde de cuando llega el calor y el cambio climático tiene mucho que ver, nos afecta y las lluvias de ahora son por eso», asegura. No solo se puede vender cuando estás en rebajas, señala, y su tónica es: «Ir manteniéndonos, pero creemos que se deberían de cambiar los tipos de descuento, empiezas a vender cuando estás en rebajas y es un problema».
Paralelamente, el presidente de la asociación comercial de El Pallol, Pau Salvadó, coincide con que las ventas han flojeado, pero «las observamos en positivo, y hay movimiento», pues nuevos restaurantes con apertura inminente, como Cervus en el arrabal de Jesús y un japonés (un Sibuya Urban Sushi Bar) en El Pallol, los observa como «complemento» que puede hacer de revulsivo al comercio.
Un modelo basado en la restauración, ¿una oportunidad?
La rotación comercial está siempre presente en las ciudades y Reus no es una excepción, siempre hay movimiento. Una de las incorporaciones recientes es la tienda de moda masculina Florentino, con más de 60 años de trayectoria, en la calle de la Galera. Dicha vía acoge negocios de proximidad con prolongada trayectoria, aunque la mayoría de aperturas están enfocadas a la restauración, al menos en el centro. En este sentido, y como apuntaba Pau Salvadó, al frente de la asociación comercial de El Pallol, en el texto principal del artículo, la llegada de nuevos restaurantes «será buena para el comercio, generará tráfico». Si el modelo ahora está basado en la restauración, «habrá que verlo como elemento dinamizador».