Espalderas, paralelas, bancos de abdominales y conjuntos para saltos irrumpieron hace pocos días en el Parc de Mas Iglesias y en la Plaça dels Ganxets. Forman las dos nuevas instalaciones públicas de calistenia que se han puesto en marcha en Reus, a la espera del estreno de un tercer espacio de este tipo que se ubicará en el skatepak, aún en construcción. La disciplina, que se practica al aire libre y a menudo en grupo, está en auge y no ha dejado de ganar adeptos en los últimos tiempos. Por eso, apenas una semana después de la apertura definitiva, los primeros usuarios ya han empezado a fijar sus rutinas alrededor de estos parques.
En el de Mas Iglesias, este mismo martes alrededor de las doce del mediodía, entrenaban José Oliveira y sus amigos. Casi todos viven en otros puntos de la ciudad, pero «al ver que inauguraban esto, nos llamó la atención y hemos empezado a venir para ejercitarnos».
La calistenia se ha vuelto para ellos un complemento al patinaje que desde hace tiempo manejan con soltura. «En Reus, casi no encontrábamos ningún tipo de barra y esto está muy bien», dice Oliveira, que comenta que «en Venezuela, de donde soy, conocía la calistenia prácticamente desde la adolescencia pero aquí no había encontrado muchas posibilidades de seguir con ella; he vuelto a comenzar gracias a que han puesto esto». «Literalmente, movemos todo el cuerpo», añade, y precisa que «es, más o menos, algo como el gimnasio pero usando el propio peso y se puede trabajar todo: desde piernas hasta bíceps, lo que sea».
«Este parque en concreto está muy bien ubicado porque nos cae muy céntrico, dentro de lo que cabe, y es abierto así que resulta bastante cómodo», dice. Además, «es gratis y el tiempo acompaña para estar fuera». Oliveira cuenta que «normalmente se viene con gente, aunque los hay que también acuden solos y hacen sus ejercicios». En estos primeros días, «suele haber más usuarios por la tarde». La experiencia «nos está gustando y, de momento, ya hemos estado viniendo cada día», apunta.
Junto a él, trabaja también Ramon Ferran, el «principiante» del grupo y que se anima a salir después de haber empezado con la calistenia en casa, donde «lo probé por primera vez colgando una barra en la pared». En el parque, «ya puedo esforzarme más porque las instalaciones son, por decirlo de alguna forma, más profesionales; me va perfecto y voy a venir con frecuencia». Ferran quiere «coger buena forma física porque patino con skate y eso me ayuda mucho». Prefiere la calistenia a un gimnasio cerrado, ya que «así voy a mi aire, acudo cuando me apetece y estoy hasta que me canso, hago la rutina que más me apetece y no tengo que pagar». Con parques como este, «todo el mundo se motiva más y es positivo para la salud, viene incluso gente mayor», más allá de que los nuevos espacios «también son lugares para socializar».
