«Dicen que lo bueno se hace esperar» celebra Antonio, vecino de toda la vida del barrio Mare Molas. Él suele quedar con los amigos para tomar el café del mediodía en la plaza Antoni Correig y fue uno de los que firmó la propuesta de los Presupuestos Participativos de 2019 para la renovación de la plaza. «He tenido hijos que se han hecho mayores jugando en este parque y en ese periodo de tiempo nada se ha arreglado, solo se estropeaba».
El consistorio aprobó esta semana el proyecto de mejora de la plaza Antoni Correig con un presupuesto de ejecución de 110.879,99 euros. Según revela el documento, en la parte central del área de intervención se crearán tres zonas de juego adaptadas a distintas edades -cubriendo así la carencia de elementos accesibles a niños de entre 0 y 3 años. La zona más cercana a la calle del Alcalde Joan Beltrán, tendrá un arenero. Las otras dos, se harán con pavimento de caucho con distintas tonalidades. Además, se conoce que el resto la plaza mantendrá la arboleda actual.
«Es una victoria de barrio» indica Carmen González «llevamos años reivindicándolo, porque no podía ser que una plaza tan frecuentada como esta no estuviera en condiciones». Y es que la plaza Antoni Correig se llena de vida por la tardes ya que aglomera los niños del barrio y la afluencia de los alumnos de la Escola Mare Moles, Misericòrdia o el Pare Manyanet, por lo que «era necesario ampliarlo».
El parque, denuncian los vecinos, no ha tenido cambios desde hace 20 años y presenta desgates importantes como tornillos que sobresalían, elementos de juegos desgastados y con astillas y el suelo desnivelado. Por todo ello, Jordi Clua y Verónica Trevejo decidieron ir más allá y presentaron la propuesta de renovación a los presupuestos participativos. El éxito fue rotundo, quedando primera con 317 votos. Ahora, tras dos años de espera, ven, al fin, avanzar su petición.
Tres zonas de juego
Concretamente, el arenal tendrá 40m2 de superficie y esta se contempla como un espacio de juego para los más pequeños. En el espacio central de la plaza se desarrollará una segunda zona de juegos, de 72m2, con columpios inclusivos de dos metros de altura para usuarios de entre 6 y 15 años. En este mismo espacio, con suelo de caucho de tres colores, también se ubicarán columpios individuales pensados para niños de entre 1 y 2 años.
La última zona será la más grande, dado que ocupará 142 m2. En esta habrá un juego infantil de acero galvanizado, una estructura de juego distribuida alrededor de una torre vertical, que hace de punto de partida de varios módulos de juego, a partir de cada uno de sus tres lados. Según talla el consistorio, estos «son juegos inclusivos, pensados para usuarios de entre 6 y 15 años». Las tres zonas estarán separadas entre ellas por pasos de pavimento de hormigón y limitarán el acceso con la calle Mare Molas y Joan Beltran con jardineras perimetrales con arbustos de protección.
Así pues, el proyecto define la adecuación de la parte de la plaza donde actualmente hay los juegos infantiles, pero también el paso de hormigón que cruza la plaza con un trazado en diagonal que se encuentra desnivelado y en mal estado. La plaza tiene actualmente un pavimento de tierra con continuos desniveles, que según denunció Jordi Clua, uno de los impulsores del proyecto participativo «provoca continuos tropiezos». También hay dos pasos de hormigón y la zona con el parque infantil -actualmente de tierra- no tiene un pavimento diferenciado del resto.
Aunque Trebejo explique que no tenía conocimiento del proyecto definitivo, se muestra satisfecha porque «en gran medida, cumple con lo que pedimos»: suelo de caucho, unas zonas de juego habilitadas para niños de entre 0 y seis años y, en definitiva, más espacio. «Hace mucho tiempo había un tobogán para los más pequeños, pero se rompió y no se repuso, al igual que paso con unos columpios, que se rompieron y nunca más se supo nada. Ahora por fin será un sitio para todos», celebra Trebejo.
Le preocupa, sin embargo, que los cambios supongan eliminar la zona de la plaza en la que los niños del barrio juegan al fútbol. «Es una zona en la que los mayores de 15 juegan a pelota, pero no molestan a nadie, lo hacen con respeto y con el cuidado de no molestar a las personas que están en las terrazas de los bares».
Los interrogantes del proyecto
Aunque el consistorio no ha querido poner fecha de inicio a las obras de remodelación de la plaza, los cálculos indican que la licitación supondrá un plazo de entre uno y dos meses. De ser exitosa, fuentes conocedoras indican que la voluntad es que la instalación este lista este mismo verano aunque depende que el proceso vaya según lo previsto.
También hay otro interrogante, y es que no queda del todo claro si el material de juego que hay actualmente en la plaza será totalmente sustituido. Ahí es donde Verónica Trebejo, una de las impulsoras del proyecto encuentra el defecto: «nosotros pedimos que se ampliara la zona de juego, incluyendo elementos de accesibilidad inclusiva y para los niños más pequeños, pero pedimos que lo que hubiera se quedara como estuviera».
En este sentido, lo que se conoce a día de hoy hace suponer que los elementos actuales serán sustituidos. «Sería una pena porque gustan mucho a los niños, solo haría falta darles un buen trabajo de mantenimiento», señala Esther Belraiz, que acompaña a su nieta al parque dos veces por semana.