La cultura de la participación se impone con más fuerza en Reus. Al menos esa es la intención de la concejalía de Bon Govern, Transparència i Administració Oberta, desde la que pretenden incorporar a «todo tipo de ciudadano en acciones participativas, pues creemos que sus aportaciones pueden servirnos mucho». Y, pensando en el futuro, destaca la concejala del ámbito, Montserrat Flores, «queremos seguir incorporando a público joven, con el que ya hemos tenido algunas aproximaciones». Pone como ejemplo una sesión de motivación y participación hecha en el Institut Baix Camp. «Hay que buscar a la juventud allá donde esté y fomentar su participación», insiste. Las entidades, ya sean culturales o de cualquier otra naturaleza, por otro lado, «son, también, herramientas de participación y las interpelaremos para extender esa cultura de la participación».
Una de las acciones más recientes realizadas en Reus, y en el campo que nos ocupa, fue la de los talleres dirigidos a la ciudadanía para cumplimentar, con sus aportaciones, el Pla d’Acció Municipal 2023-2027 (PAM), ese documento en el que se refleja parte de la acción municipal a desplegar en el actual mandato. Sobre los talleres, Flores dice valorar mucho que «la gente acudiera a estos y agradecimos que, en algunos casos, vinieran incluso con ideas pensadas de casa». Eso significa, acota, «generosidad, implicación y responsabilidad». La edil expone, además, que, en el conjunto de los talleres, salieron «50 propuestas que no estaban en el PAM, con lo que nos ayudaron». Cuando se habla de participación, «hablamos de muchas cosas, pensar en colectivo es muy complejo y con el PAM, no podíamos tener más tiempo del que tuvimos para elaborarlo junto a la ciudadanía, podríamos espaciar tiempo entre taller y taller, pero no dar mucho más». Ha habido otras iniciativas participativas, como los Pressupostos Participatius, de los que la concejala declara que «es un tipo de iniciativa que hace que quien proponga algo se sienta responsable, se genera una corresponsabilidad para con la ciudad muy importante».
Respecto a lo que piensan los vecinos sobre las iniciativas participativas, existen opiniones de todo tipo.
¿Qué piensan los vecinos?
Jordi Clua –vecino de Mare Molas que participó (junto a Verónica Trevejo) en los Pressupostos Participatius de 2019 como proponente de una iniciativa ganadora en votos– comenta que «la idea de que, parte del presupuesto municipal, esté destinado a cumplir iniciativas de los vecinos está muy bien, lo que ocurre es que a menudo –al menos cuando yo participé– la forma no parecía muy fácil, especialmente si teníamos que llegar a gente mayor, que quizá no dominaba la plataforma para votar». Clua se muestra crítico en lo que a recuento de votos se refiere cuando se implicó en el proyecto: «Los podías registrar telemáticamente, pero también físicamente, a mano, y en ese caso encontré cierto descontrol, me pareció poco transparente».
El proyecto propuesto por Clua, que buscaba remodelar el parque de la plaza de Antoni Correig i Massó, tuvo demoras. Algo que «supuso esperar desde que se aprobó el proyecto en 2019 y hasta que llegaron las obras, que se hicieron en 2022 y con altibajos». Tras materializarse todo, Clua afirma, a día de hoy, que «como todo proyecto, se tiene que contemplar, también, un mantenimiento y al parque no se le da ninguno». Los Pressupostos Participatius, «en los primeros años movilizaron a mucha gente, gente que espera precisamente que un proyecto que ha votado sea una realidad; es una gran responsabilidad». Por otro lado, y preguntado sobre si supo de los talleres participativos organizados para la redacción del PAM, reconoce que «aún hay cosas que no nos llegan». Sea como fuera, llegar a todos es «algo complejo».
El presidente de la asociación vecinal El Santuari, Ramón Palmerín, recuerda, también en cuestión de Pressupostos Participatius, que «aún hay proyectos por terminar, como el del Parc del Trenet», entre otros. Y es que, «cuando llueve mucho, se inunda todo quedando impracticable durante unos días; y, a pesar de haberse pedido en los Pressupostos, seguimos esperando a que se mejoren suelo y sistema de desagüe». Palmerín añade, ya como opinión personal, que «vemos que cada vez se proponen cosas más pequeñas en las ediciones y que el Ayuntamiento parece acabar haciendo lo que tiene previsto él o lo hacen coincidir con lo que se propone».
Una de las peticiones que dice que batallan «mucho» desde la asociación es «hacer más accesibles zonas del barrio y adaptarlas a aquellas personas que van en silla de ruedas e incluso habilitar semáforos para gente con dificultades de la vista». Contar con lavabos públicos lo destaca, por otro lado, como algo hartamente reclamado, a nivel vecinal: «Algo que aún no llega, a pesar de que se manifiesta como pendiente desde el Ayuntamiento».