Era el 27 de junio de 1983 cuando el Mercat del Carrilet de Reus abría puertas por primera vez. El equipamiento contaba con 140 paradas y daba servicio al suroeste de la ciudad. Una zona que había experimentado un importante crecimiento demográfico. De todo ello hace ya 40 años, un aniversario al que se llega después de muchos cambios, tanto internos como sociales, años de incertidumbre sobre su continuidad y, ahora, con una reforma a la vista, de la que las paradistas todavía desconocen los detalles.
«Somos como una familia», destacan desde las paradas más históricas del mercado. Actualmente hay 13 negocios en funcionamiento y algunos de ellos están abiertos desde ese mismo 27 de junio de 1983. Muchas de las paradistas eran, en aquel entonces, adolescentes y la vida de mercado las atrapó como una pasión. Patricia Sánchez, de la Peixateria i Mariscs Casas, tenía 14 años; María Hernández, de Pesca Salada Hernández, 17; las hermanas Tonyi y Felisa Juan, de la Pollería Felisa, eran también muy jóvenes, igual que Maria Jesús Querol, de la Carnisseria Montserrat Ripollès y también portavoz de las paradistas, entre otras.
Para María Hernández, de Pesca Salada Hernández, «los primeros años fueron los mejores». Ya hacía años que su familia tenía negocios en el Mercat Central de Reus y Torreforta, además de venta ambulante, y decidieron abrir también en el Carrilet, donde ella empezó a trabajar con 17 años, junto a su padre. «El resto de paradistas eran compañeros y amigos», subraya.
El vínculo era también muy estrecho con la clientela. «Mantenemos algunos desde hace 40 años», añade por su lado Patricia Sánchez, al frente de la Peixateria i Mariscs Casas. Ella solo tenía 14 cuando se puso detrás del mostrador, en el Mercat del Carrilet. La familia ya tenía dos tiendas –una en Mare Molas y otra en la calle Lepant (ambas, todavía en activo)– y en 1983 decidieron abrir en el nuevo mercado de la ciudad. Sánchez recuerda que «fue duro» al principio, «porque aquí había más competencia y teníamos que hacernos con nuestra clientela». Lo consiguieron y, 40 años más tarde, el negocio sigue adelante junto a su marido y también su hija, que quiere dar continuidad.
Entre las paradas históricas está también la Pollería Felisa, con Tonyi y Felisa al frente. El negocio coge el nombre de su madre, que empezó con una parada en el Mercat Central y, posteriormente, optó por abrir en el Carrilet. «Todo ha cambiado mucho», relata Tonyi Juan, para quien «los clientes eran como de la familia». También el espacio es distinto, «con muchas más paradas». Por ejemplo, «el pasillo central no estaba», recuerda Maria Jesús Querol, de la Carnisseria Montserrat Ripollès y portavoz.
De estos 40 años, las paradistas recuerdan especialmente toda la incertidumbre alrededor de su continuidad, primero con el anuncio del cierre definitivo del mercado previsto para 2024, después con una reubicación en la avenida del Carrilet. Finalmente, con el cambio de gobierno, la alcaldesa, Sandra Guaita, anunciaba el pasado 27 de julio que el Mercat del Carrilet se queda donde está. No obstante, el edificio tiene que ser rehabilitado y las paradistas aún desconocen los detalles, a la espera de mantener una reunión con el consistorio que aclare todas sus dudas. «¿Cómo quedaremos ubicadas en este nuevo espacio?», «¿Qué condiciones habrá?», se preguntan. En todo caso, aplauden que el consistorio haya descartado su traslado en una ubicación que no las convencía. «El acceso hubiera sido difícil, tanto para los clientes como para los proveedores», opina Tonyi Juan.
Sobre el actual proyecto, más allá de la reforma del edificio del mercado –que empezaría entre finales de 2024 y 2025–, también hay prevista una transformación urbanística del entorno y una apuesta por la movilidad sostenible que pasaría por repensar la estación de autobuses.
