«¿Cómo me las voy a apañar para llegar a tiempo a bajar la basura entre las 19 y las 23h?», se preguntaba ayer Quico Marsal, vecino del Mercadal y el primer usuario de las nuevas islas de contenedores de la plaza del Teatre. El sistema de depósitos portátiles para reemplazar a la recogida soterrada se desplegó ayer por la noche, además de en ese punto, también en El Pallol y en la plaza de los Argenters.
Pocos días después de que el Ayuntamiento anunciase su entrada en funcionamiento, muchos estaban ya al corriente del aspecto y el uso de estas baterías, acompañadas de informadores. Los vecinos celebran que la perspectiva de que el modelo emergente será más limpio que los contenedores bajo tierra y sin averías, pero piden ampliar el horario y bocas anchas, sobre todo en fracciones como envases y cartón.
«El margen para tirar las bolsas es demasiado corto», se quejaba Marsal. Y es que estas nuevas islas, con formato de remolque, no estarán en la calle todo el día. Se instalarán a las 19h y se retiran para vaciarse a las 23h. Por eso, más allá de que sea conveniente o no, deshacerse de los residuos fuera de esa franja solo será posible en los contenedores fijos de los alrededores.
En una situación similar a la de Marsal pero en otro punto, en El Pallol, otro ciudadano, Enrique Murillo, también criticaba el horario: «Es muy limitado». Además, «en el caso del plástico o el cartón, suelo bajar grandes sacos y con estas bocas no podré». En los Argenters, Francesc Fortuny también constataba que «habrá que acostumbrarse» pero destacaba que las islas emergentes «harán que la plaza mejore mucho porque al suprimir la soterrada del Mercadal, esto se había convertido en un vertedero con hasta 12 depósitos».
«Esperaba apartarlos de la terraza y tengo más que nunca»
En cuanto a los restauradores, en El Pallol, Antonia Vidal, propietaria de Il Cuore lamentaba que «esperaba alejar los contenedores de la terraza y tengo más que nunca». La soterrada tapada aún desprendía ayer olor y la isla emergente se ubicó encima. «Deben apartarla, aquí hay incluso la puerta de un teatro», reclamaba.