Una entidad casi centenaria (1888-1987) como el Cor Eco Clavé de Reus marcó diferentes etapas de la historia de la ciudad: creció y se desarrolló con ella, sufrió las consecuencias de la Guerra Civil, y décadas de lenta recuperación. Por ello es tan relevante la tarea que ha llevado a cabo Glòria M. Arnavat conservando y recopilando documentación, fotografías y objetos pertenecientes al coro.
El estandarte, trofeos, medallas, cintas, imágenes, partituras, invitaciones y programas de conciertos, actas de junta, instancias de permisos institucionales... Muchos elementos constituyen un patrimonio documental que, como señala la directora del Arxiu Municipal de Reus, Elisenda Cristià, «es testimonio de épocas pasadas y permite que la entidad musical reusense perdure en la memoria de generaciones futuras». Además, si Arnavat ha podido catalogar tantos documentos es gracias a sus vínculos familiares con el Cor Eco Clavé de la ciudad, pues su padre, Josep Maria Anavat, lo presidió durante 31 años, tras haber entrado como tenor en 1951.
De hecho, ella decidió recopilar esta información para cumplir el anhelo de su progenitor: ante la dificultad que alguien joven reiniciase la actividad, empezó este proyecto para que la historia del coro estuviese a disposición de los reusenses. En colaboración con el Arxiu Municipal, el material conservado formará parte próximamente del fondo documental local y, más adelante, editarán un libro que acompañe esa evolución.
Si algo destaca Glòria M. Arnavat del Cor Eco Clavé es el papel que tuvo como dinamizador y cohesionador social a través de sus fiestas claverianas. «Sus numerosos conciertos llevaron la música y el nombre de Reus por toda Catalunya», afirma. Durante sus 100 años de actividad, aquel grupo de hombres reusenses, generalmente jóvenes y trabajadores, dedicó sus ratos libres al coro local. «Tras una jornada agotadora, dos veces por semana y a las diez de la noche, iban a ensayar canciones como L’Empordà, Les Flors de Maig o la partitura que tocase ese día», relata Glòria Arnavat.
Ella recuerda esas vivencias en primera persona –como acompañante– que la han impulsado a profundizar ‘teóricamente’ en las actuaciones y concentraciones corales que protagonizaron los músicos reusenses. De fondo, suena una melodía popular, cantada al unísono: una de esas caramelles características con las que recorrían las calles de Reus.
La época más brillante del Cor Eco de Clavé reusense fue en los años 50, 60 y principios de los 70. Desde su ‘fundación’ en 1888, aunque ya existía desde 1867, lo que empezó como Cor Eco Republicà fue labrándose un prestigio en certámenes y concursos nacionales e internacionales. Tras el cambio de nombre en 1951, cuando se retomó la actividad y se reestructuró el coro, muchos jóvenes se animaron a cantar.
Tradición social de muchos
Cada concierto era muy esperado entre los ciudadanos, eran como grandes fiestas y pasaban por lugares tan emblemáticos como el Institut Pere Mata o la plaza del Mercadal. También, recorrían numerosos pueblos y, anualmente, sumaban sus voces a otros coros claverianos en honor a la Mercè de Barcelona. Pese a su dedicación y el esfuerzo de las masas corales, la época de esplendor terminó con el cambio de régimen, la pérdida de muchos socios y un alquiler que no podían asumir. Su actividad se fue reduciendo hasta que, con el fallecimiento del presidente Arnavat, se dio de baja a la entidad de la Federació de Cors Clavé de Catalunya.
La conferencia de Glòria Maria Arnavat en el Arxiu Municipal, con motivo de Santa Cecilia, reunió a conocidos y familiares de lo que un día fue el Cor Clavé de Reus. Un acto introductorio que tendrá su continuidad y que proporcionó una visión general de cómo los reusenses vivieron la música popular en el siglo pasado.