Daniel Villanueva, director de la Escola de Cinema de Reus, reconoce que Timecode es el primer cortometraje que le sale rentable. Eso habla muy mal del negocio o muy bien de este filme de quince minutos que narra la peculiar historia de amor entre dos vigilantes de seguridad de un parking de unas oficinas y su pasión por el baile. Está protagonizado por Lali Ayguadé y Nicolás Ricchini.
«Mal no le ha ido al corto», dice Villanueva. Desde que se estrenó en 2016 se ha llevado más de ochenta galardones. Una barbaridad. Y todavía puede sumar uno más, y de los gordos. Está nominado a los European Film Awards, los Oscar del cine europeo, que se entregarán el 9 de diciembre en Berlín.
«Llegar a estos premios es simplemente maravilloso y la mejor manera de ¿terminar? la carrera de Timecode. Podemos ganar. Tenemos, como mínimo, las mismas oportunidades que el resto de cortometrajes seleccionados», afirma Villanueva.
El tarraconense (criado y afincado en Reus) no asistirá a la ceremonia. Irá solo el director de la cinta, el barcelonés Juanjo Giménez. «Ando muy liado entre las clases en la Escola de Cinema y las doce producciones que tenemos en marcha. En cualquier caso, todo el equipo seguirá la gala con especial atención», comenta.
Sí viajó en febrero a la entrega de los Oscar de Hollywood. Tenía un asiento reservado en el Dolby Theatre de Los Angeles. Desfiló por la alfombra roja y, aunque regresó de vacío, la noche acabó con celebración. «Quizá no haber ganado la estatuilla es la única espina clavada que nos ha quedado con Timecode, pero realmente nos sentimos vencedores con la nominación», asegura.
El éxito del corto ha superado todas las expectativas iniciales. «Nos ha regalado un año increíble en el que hemos vivido experiencias maravillosas: hemos estado seleccionados en los mejores festivales y reconocidos por nuestras academias de cine». La Palma de Oro del Festival de Cannes de 2016 es su reconocimiento más prestigioso. Se convirtió en el segundo filme español en conquistar este galardón, después de Viridiana de Luis Buñuel en 1961. Ya en 2017 le cayeron un Goya y un Gaudí.
Timecode se gestó en las aulas de la Escola de Cinema de Reus, dentro de su curso de creación y dirección cinematográfica. Los estudiantes participaron en la producción, dirección e iluminación e incluso hay uno que hizo de actor. «Es fruto de un ejercicio de clase sobre la elipsis con los alumnos, planteado y llevado a cabo por Juanjo Giménez, que ha realizado una obra maestra», recuerda Villanueva. Está producida por la propia escuela y por la productora de Giménez, Nadir Films.
El argumento proviene de una anécdota personal del director, de su época como trabajador en el departamento financiero de una empresa. Un día a la semana tenía menos carga de trabajo y escribía sus historias en el ordenador, pero fue descubierto por una compañera que lo usó en su contra. «Supongo que las ideas que se contrastan en el corto, la del trabajo monótono como vigilantes de parking unido al baile, han gustado. Imagino que todos tenemos sueños y necesitamos fuerzas para romper con todas las barreras. Creo que muchos nos hemos visto reflejados», cuenta Villanueva.
El triunfo de Timecode ha colocado a la Escola de Cimena de Reus en el mapa internacional. Y eso que el circuito de los cortometrajes es muy limitado: con suerte se distribuyen en los festivales y llegan a la televisión y al mercado de DVD. Poco más. «Ha supuesto un enorme reconocimiento a la escuela con tan solo cuatro años de vida –abrió en agosto de 2013– y nos da mucha fuerza para seguir creyendo y apostando fuerte por el proyecto. Timecode es un trabajo excelente y pretendemos que esa sea la línea de trabajo».
Este cortometraje ha abierto nuevas puertas a su equipo. Villanueva anda a caballo entre la producción de cortos de los alumnos y un par de películas y Giménez está preparando su primer largometraje. «El éxito de Timecode queda reflejado en el currículum de todo el equipo, y de qué manera. ¡Menudo año!», concluye Villanueva.