«Esta mañana, las taquillas de la estación de tren de Reus estaban cerradas, con la cola que hay para comprar billetes para ir a Barcelona o a donde sea. Y, además, de las tres máquinas de autoventa, solamente funcionaba una», apunta Pedro Caro, miembro de Dignitat a les Vies.
La plataforma denuncia la precariedad del servicio que se prestó este 1 de mayo, «en un festivo y en una capital de comarca», que generó acumulación de viajeros en espera.
Por la tarde, alrededor de las cinco, la estación funcionaba con una única taquilla abierta. No es la primera vez que se da esta situación que, en ocasiones anteriores, Renfe había atribuido al sistema de turnos de las ventanillas, señalando la alternativa de las máquinas. Y es que «el personal es muy justo», lamenta Caro.
Sin embargo, hoy, tampoco la autoventa está al 100% operativa. Y todo ello ha coincidido con «el comienzo del nuevo periodo en el cual hay que comprar los abonos recurrentes».
«Siempre se dice que, en las estaciones, hay que subir al vagón con el billete comprado y validado, pero así no se puede», añade el miembro de la plataforma. Y cuenta que «hay gente que se monta igual pero otra trata de cumplir y pierde el tren. Y eso ha ocurrido hoy, un día en el que, por ser festivo, hay menos oferta».
La portavoz de Dignitat a les Vies, Ana Gómez, critica que «Reus tiene un problema añadido y es que cuenta con menos trenes que Tarragona de manera que, cuando alguno se anula o llega lleno, o cuando el pasajero lo pierde, no hay demasiada alternativa más allá de esperar». Eso se suma a «la poca información y los trenes en mal estado».
La escasez de aparcamiento en los alrededores de la estación de la capital del Baix Camp, en el Passeig Mata, genera también, tal como detalla Gónez, que «mucha gente tenga problemas para dejar el coche allí y acabe moviéndose a Vila-seca, donde hay un descampado en el que se estaciona, para coger allí el tren».