El Ayuntamiento ha adjudicado las obras de la segunda fase de la peatonalización del Raval de Santa Anna, que afecta al tramo entre la calle de Santa Anna y la plaza Catalunya y a la calle de Salvador Espriu. El contrato ha quedado en manos de Garcia Riera, por unos 721.890 euros IVA incluido. Al concurso concurrieron dos empresas. El plazo de ejecución ronda los cuatro meses.
Tal como informó en su momento el Ayuntamiento, la intervención abarca cambios en la pavimentación, el drenaje, la jardinería y el mobiliario urbano. También el control de acceso restringido a través de la instalación de un bolardo automático con lectura de matrícula de vehículos.
En cuanto al pavimento, en el Raval se sustituye el encintado de la acera sur por un bordillo accesible que permita la recogida de las aguas de lluvia. La calzada se prevé de aglomerado asfáltico. En la calle de Salvador Espriu se renovará todo el suelo. Se ha dibujado un pavimento a un solo nivel, separando vehículos y peatones mediante jardineras.
El mobiliario urbano dará singularidad al espacio. Se contempla que los nuevos elementos se configuren, igual que en la parte acabada, a partir de parklets. Se trata de estructuras de madera con jardinería y plataforma de estancia. También habrá sillas, mesas, papeleras y bancos, además de parking de bicis.
Se ajardinará un parterre circular de dos metros de diámetro ante el museo. El proyecto también contempla la instalación de sistemas smart city de movilidad sostenible, sin que el Ayuntamiento haya hecho público qué vehículos podrán acceder a la zona ni en qué condiciones. Habrá cámaras de videovigilancia y wifi, que se encenderá en otoño.
Por otro lado, la parte ya peatonalizada, desde la plaza Prim a la calle de Santa Anna, se ha visto deteriorada por el incivismo y por algunos problemas de porosidad del pavimento pocos meses después de culminar las actuaciones. Los comercios piden más mantenimiento.