Pese a su trascendencia, son pocos aún los que se atreven a hablar de las implicaciones de la transición energética o cambio del actual sistema, basado en los combustibles fósiles, por uno de bajas emisiones a partir de renovables. Y lo mismo sucede con el futuro postnuclear. Las unidades I y II de Ascó acaban de renovar su permiso de explotación por nueve y diez años respectivamente. Sin embargo, aunque una década puede parecer una eternidad, cuando estamos hablando del motor económico del municipio y de la Ribera d’Ebre, no lo es tanto. Por eso es de valorar la propuesta de reconvertir la antigua Vandellòs I (que cesó su actividad en 1989 y se halla en los últimos años del período de latencia de desmantelamiento de nivel 2), en un centro oncológico público de protonterapia, una de las más innovadoras técnicas de lucha contra el cáncer en pacientes pediátricos y determinados tumores en adultos. La idea sería reutilizar en parte la caja que albergaba el antiguo reactor, lo que supondría un ahorro de 34,4 millones de euros en el desmontaje definitivio de la central y de 9,7 en la construcción de un centro sanitario de este tipo. En unos tiempos en los que nos hemos cansado de decir que hay que invertir más en salud y ante un proyecto que puede ayudar a reindustrializar una comarca muy dependendiente de la producción energética, habría que empujar para que la iniciativa se haga realidad.
Vandellòs I, de nuclear a centro oncológico
16 noviembre 2021 11:10 |
Actualizado a 16 noviembre 2021 11:17
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