No es normal

El pasado miércoles la secretaria de Feminismes de la Generalitat, Montserrat Pineda, decía conmocionada que «no es normal que en cuatro días haya habido tres feminicidios en Catalunya». Se refería al asesinato de una mujer y su hija a manos de su marido y padre –que luego se suicidó– en Lloret de Mar (Girona), apenas unos días después de que un hombre matara a su mujer, de la que se estaba separando, en Vilanova del Camí (Barcelona). No, no es normal. No lo es –no puede serlo– que un hombre se crea con el derecho de matar, vejar o maltratar –ya sea físicamente, psicológicamente o de cualquier otra manera– a una mujer. Como no lo es que las chicas no puedan caminar solas de noche por ciertas zonas por el temor a ser agredidas. Como no lo es que después de ser agredidas tengan que demostrar que se defendieron con uñas y dientes aun a costa de poner en riesgo su vida, como si tuvieran ellas alguna responsabilidad en lo sucedido. Como no lo es que una trabajadora cobre menos que un compañero que realiza la misma función por el mero hecho de ser mujer. Como no lo son tantas cosas... Es obvio que tres feminicidios en cuatro días en Catalunya no es algo normal. Pero es que uno solo en un año en el mundo tampoco es normal. Porque no, la violencia machista no es normal. Y, por tanto, no podemos acostumbrarnos a ella, no podemos normalizarla, sino mostrar todo nuestro rechazo y combatirla en todos los ámbitos hasta erradicarla. Eso sería lo normal.