A Sant Pere i Sant Pau le salió cruz ante el Conqueridor. Después de una victoria de mérito ante el Palma (3-1) y un punto rascado contra el Almería (2-3), los de Vlado Stevovski cayeron por tres sets a cero en el feudo del conjunto valenciano. Tres sets, especialmente el primero y el segundo, que podrían haber caído de cualquiera de ambos lados, pues el resultado fue ajustado.
El cuadro cooperativista partió con menos chispa que el valenciano (4-1) y fue a remolque durante la primera parte del asalto inicial. Era el juego del gato y el ratón. Cuando parecía que SPiSP se acercaba (5-4), el Conqueridor se alejaba de nuevo (7-4) y los rojillos volvían de nuevo (9-8).
Finalmente, el conjunto tarraconense pudo recuperarse y remontar gracias a un parcial de 0-5 (9-11), hecho que provocó que Marcos Dreyer tuviera que parar el partido.
En un primer instante, el tiempo muerto no parecía afectar a SPiSP, que incluso ampliaba su diferencia (13-16), pero dos puntos seguidos le dieron aire a Conqueridor (15-16) y obligó a Stevovski a solicitar la pausa técnica.
Los rojillos seguían a lo suyo y mandaban con autoridad. De hecho, llegaron a colocarse 19-23, pero un parcial de 5-0 le dio la vuelta a la tortilla y el partido quedó 24-23. SPiSP lo empató, pero Conqueridor remató (26-24).
Esa oportunidad perdida fue una losa demasiado pesada y, en el segundo set, los de Vlado Stevovski volvieron a caer por muy poco. Los valencianos llevaron un control relativo del set durante el primer tramo del mismo, colocándose por delante, pero con los rojillos siempre al acecho, con diferencias no mayores a los tres puntos.
El cuadro cooperativista se puso manos a la obra en el ecuador del asalto y consiguió empatar (23-23) e incluso ponerse por delante (23-24). Sin embargo, los tarraconenses no pudieron aprovechar la ventaja y tres puntos consecutivos del conjunto local decidieron un nuevo punto (26-24).
A pesar de estar cerca, en el tercer set, SPiSP ya no llegó a ir por delante en ningún momento. Conqueridor comandó la manga definitiva y dio un acelerón al final de la misma para confirmar la victoria (25-22) y llevarse un partido que se decidió en el alambre, con cruz para Vlado Stevovski y sus jugadores.