Aún se recuerda la imagen de Artur Mas en un cartel de 2012, cuando era presentado con los brazos abiertos como Charlton Heston en su interpretación de Moisés en ‘Los Diez Mandamientos’. En aquellas elecciones perdió doce escaños. Después su modelo fue David que, sin apenas medios, retó al poderoso Goliat, que por supuesto era el Estado español.
El problema surgió cuando al campo de batalla saltó la CUP, un partido pequeño independentista y desafiante que esgrimió la honda y, después de tres meses de marear a Mas, le dio una pedrada en la frente.
¡Qué cierto es que no hay mejor cuña que de la propia madera! El problema para Mas es que no podrá culpar a Madrid. Y que se ha desgastado, ya que estuvo dispuesto a entregarlo todo a la CUP excepto su cabeza.
Elecciones en marzo. Serán las cuartas elecciones catalanas en poco más de cinco años. Y esto que no tenemos ‘dret a decidir’.