En las últimas horas murieron dos grandes sacerdotes: Josep M. Barenys y Ricard Cabré. Me centro en este último.
La larga vida de Mn. Ricard (91 años) le permitió ver dos épocas, que podríamos llamar cristiandad y cristianismo, resultantes del cambio a nivel social.
Su padre, payés de Riudecols, (asesinado en la guerra, durante la que acogió en casa a cinco hermanas suyas monjas), tuvo ocho hijos, entre ellos un jesuita, una carmelita y dos sacerdotes. Mn. Ricard con el tiempo sirvió en Valls, Banyeres, Castellvell, Almoster, Vila-seca, Tarragona, La Canonja, Bellevei, L’Arboç y Reus. Gozó con los nuevos aires del Vaticano II y presidió Cáritas Catalunya.
No cabe homenajear vidas tan llenas en tan poco espacio. Solo admiración y gratitud.