El 13 de marzo de 2013, en la quinta votación del cónclave, los cardenales eligieron al argentino Jorge Bergoglio que tomó el nombre de Francisco y se convirtió en el pontífice número 266 de la historia de la Iglesia. El primero jesuita y el primero americano.
Desde hace un mes se encuentra hospitalizado en el Gemelli y desde allí no deja de regir los destinos de 1.300 millones de católicos, tomando algunas decisiones que solo están en su mano como el nombramiento de obispos y la aprobación de canonizaciones.
En doce años de Papa se ha caracterizado por la franqueza con la que se expresa y, de modo principal, por su atención a los pobres, los desprotegidos, los inmigrantes, a cualquiera que la sociedad haya dejado en la cuneta. Así pasará a la historia.