Francia III

Definir la libertad puede hacerse de muchas maneras. Por ejemplo, uno es más libre cuanto menos bobos tiene que tratar por día. Hay lugares en los que la libertad es absoluta. No creo que ningún bobo haya puesto los pies –y si lo ha hecho no ha entendido nada–, por ejemplo, en Deyrolle en París. Si viaja a París, no deje de visitar Deyrolle (46 de la rue du Bac). Se encontrará con la tienda de Taxidermia más bella del mundo. Fundada en 1831 por Jean-Baptiste Deyrolle, la casa se dedicó en sus inicios, principalmente, a la venta de insectos y material entomológico. El viernes 1 de febrero de 2008, a las cinco de la mañana, se declara un incendio en la Maison que calcina la casi totalidad del contenido y del mobiliario. Deyrolle resurge. Artistas plásticos colaboran aprovechando los restos calcinados de los animales para crear obras que más tarde se subastarán. Colaboran desinteresadamente la casa de subastas, editores, escritores, amigos... que forman la Asociación de Amigos de Deyrolle. Las obras subastadas, la venta de los libros con las imágenes del desastre y una suscripción popular servirán para financiar la reconstrucción. El 25 de septiembre de 2009 reabre Deyrolle con su, como siempre, extraordinario mobiliario. Ayer me compré un escarabajo. Soy feliz.