El artículo de hoy me lo ha sugerido mi hija. «Papá, tienes que escribir sobre esto», y me ha enviado una historia que ha visto por Instagram. Es la de Izan, un niño que cumple 11 años y que, con toda la ilusión del mundo, lleva una tarta a la escuela para compartir con sus compañeros. Pero hete aquí que estos ingratos responden cantándole un Cumpleaños feliz repleto de insultos –«gordo», «foca»...–.
Un vídeo muestra a Izan solo mientras sus ‘amigos’ le insultan. Sí, porque estos niños graban en vídeo su ‘hazaña’ y la cuelgan en las redes. Debían sentirse orgullosos. Incluso un rato más tarde, mientras Izan llora solo en el patio, se le acercan para continuar con los improperios.
El vídeo llega al hermano del cumpleañero, que, tras ver llegar a Izan a casa triste, entre lágrimas y diciendo que no quiere vivir más, lo cuelga en las redes para denunciarlo e inicia una campaña a la que rápidamente se suman decenas de personas, entre ellas numerosos famosos, que mandan mensajes de apoyo y de ánimo al pequeño. Sí, Izan, somos más –y mejores– los que estamos contigo.
Imposible no emocionarse con las palabras de agradecimiento del propio Izan y con los consejos que da a otros que sufren acoso. Sí, porque el de Izan no es un caso aislado. Pero todos los Izan del mundo deben saber que el problema no lo tienen ellos, sino sus agresores. Y los padres de estos. Y quienes no hacen nada ante el bullying. Muchas felicidades, Izan. Por tu cumple y por tu fortaleza y generosidad. Eres grande.
