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Alarma entre los profesores por otro nuevo recorte
a la literatura en Bachillerato

Los docentes advierten de que eliminar la obligatoriedad de estas asignaturas perjudicaría la ya deficiente comprensión lectora de los alumnos. Educació dice ahora que las defenderá

17 diciembre 2024 21:24 | Actualizado a 18 diciembre 2024 07:00
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«Eliminar la obligatoriedad de las literaturas tiene más relevancia de la que parece. Está demostrado que la lectura frecuente ayuda a descifrar conceptos complejos, a entender instrucciones y problemas. Una medida así no solo tendría un impacto en los alumnos de letras, sino en los de matemáticas, ciencias, economía...», advierte Antoni Nomdedeu, decano de la Facultat de Lletres de la Universitat Rovira i Virgili, URV, y profesor de Lengua española.

Esta advertencia de Nomdedeu se refiere a un comunicado del Departament d’Educació i Formació Pofessional de la Generalitat de Catalunya (a los medios llegó el lunes por la noche) en el que se anunciaban varias modificaciones en el currículum de bachillerato «en respuesta a un requerimiento del Ministerio de Educación». En el mismo se explicaba que en la modalidad de humanidades y ciencias sociales las materias de literatura castellana y catalana dejarían de ser obligatorias y pasarían a ser optativas.

Ayer, apenas unas horas después, la consellera de Educació i Formació Professional de la Generalitat, Esther Niubó, daba marcha atrás y decía que reclamará al Ministerio que las literaturas se mantengan en el currículum. Aseguraba que es una «línea roja» para el Govern y apuntaba que «estamos en conversaciones con el Ministerio y vemos buena predisposición a respetar esta atención a la singularidad lingüística y cultural de Catalunya».

Después de numerosas reacciones, tanto de docentes como de políticos, la consellera señalaba que «todo está abierto» y evitaba hablar de rectificación. «No es una rectificación porque aún no se ha había aprobado en el Consell Executiu», razonaba, a la par que decía que su voluntad es que la decisión que acabe tomándose responda al «acuerdo lo más amplio posible y trabajado con los distintos expertos del ámbito en cada materia».

Cambios en el curso 25/26

Los cambios que acaben produciéndose no serán de aplicación para los alumnos que en este curso estén ya en bachillerato, sino para aquellos que empiecen su primer año en septiembre de 2025. Inicialmente el Departament tenía previsto que las modificaciones estuvieran listas a principios del año que viene, pero ayer Niubó daba a entender que habría aspectos por negociar y hablaba de que los textos en los que constan los cambios son documentos «vivos».

Aunque no es la única modificación del currículum que ha ocasionado críticas, la eliminación de la obligatoriedad de las literaturas es probablemente la que ha generado más reacciones. Se debe, en parte, a que es el segundo recorte en poco tiempo que se hace a las humanidades en el bachillerato. En mayo de este año se anunciaba que se eliminaban las lecturas obligatorias en la Prueba de Acceso a la Universidad, PAU. Los alumnos seguirán haciendo lecturas (ya no serán comunes, sino elegidas por cada centro) pero se teme que al no aparecer en los exámenes se les dedique menos atención en unos cursos que están claramente orientados a la selectividad.

El decano de Lletres de la URV insiste en las consecuencias que tienen estos recortes en lo que atañe a la ya deficiente comprensión lectora de los alumnos. De hecho el rendimiento medio en lectura de los universitarios españoles es de 271 puntos, 10 menos que hace 10 años. España está por debajo de la media de los países europeos, situada en 283. Así se desprende de los datos del Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que se conocían hace unos días.

Un «proceso organizado»

Magí Sunyer es catedrático de Fiologia Catalana de la URV ,y como Nomdedeu señala que este recorte en las humanidades no es nuevo y contribuirá a formar unas generaciones de ciudadanos menos críticos. En su opinión se trata de «un proceso organizado». Dice que «están eliminando de la educación todo lo que tiene relación con pensar y con valorar el hecho estético». Le preocupa, además, que se produce en un momento en que los textos se simplifican al máximo en medio del reinado de las redes sociales, mientras que el contrapeso que hay desde la educación es mínimo.

En su opinión, si se concreta la eliminación de la obligatoriedad de estas asignaturas lo siguiente será eliminarlas y esto implica «un quiebre absoluto de la cohesión cultural de un país... Haber leído un libro de Mercè Rodoreda o de García Lorca, nos hace ciudadanos de un país porque tenemos unos referentes comunes», defiende.

Menos nivel en la universidad

Pero los docentes de literatura no son los únicos preocupados por los cambios anunciados. En el texto de Educació también se anuncia que se agruparán en una sola asignatura biología, geología y ciencias ambientales (hasta ahora eran dos asignaturas separadas) y también física y química en primero de bachillerato. Educació anunció, no obstante, que se ofrecerían optativas para ampliar los conceptos de las asignaturas que se fusionan.

Joan Josep Carvajal, decano de la Facultat de Química de la URV, apunta que lo primero a tener en cuenta es que se reducen las horas obligatorias para estas asignaturas. En el caso de física y química, por ejemplo, se pasa de dos horas para cada materia (cuatro en total) a tres entre las dos. En su opinión no se trata de un tiempo que se pueda recuperar con optativas, teniendo en cuenta que muchos alumnos eligen en bachillerato las optativas a priori más fáciles para poder sacar mejor nota.

En su experiencia, el nivel de conocimientos con el que llegan los alumnos a la universidad es cada vez más bajo. A modo de ejemplo asegura que a los alumnos que están en primer curso sería impensable ponerles los exámenes que en su momento y en esta misma etapa, respondían los que hoy son sus profesores «porque no los superarían».

Esto ha obligado, explica, a que los primeros cursos se dedique mucho tiempo a tratar de paliar las deficiencias con las que llegan los alumnos, mientras que en los últimos años de carrera toca ‘apretar’ para que los estudiantes puedan salir con los conocimientos que necesitan.

También ha constatado como es más frecuente que los alumnos acudan a academias y clases privadas de repaso. En su opinión se trata de algo innecesario si se aprovechan las horas de consulta de los profesores y se acude a clases. En este último aspecto asegura que desde la pandemia se ha visto bajar la asistencia presencial, especialmente en los primeros cursos, lo que redunda también en peores resultados.

También preocupa
la fusión de asignaturas como física y química,
que les restará horas

Los cambios anunciados supondrán un nuevo quebradero de cabeza para los institutos, como advierte Jordi Satorra, director del Martí i Franquès. Asegura que esto está generando mucha angustia entre los alumnos y familias, pero también tiene un impacto laboral. «Que en un centro haya un profesor más o menos depende de estas cosas», apunta.

En su opinión tanto el recorte en las literaturas como en las materias científicas no hará más que agravar la situación de no tener tiempo suficiente para que los alumnos tengan todos los conocimientos y competencias que necesitan. Aboga por hacer un decreto de transitoriedad y emplazarnos «a un debate con calma».

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