Las imágenes se han hecho virales y han dado la vuelta al mundo. En ellas se aprecia al presidente chileno, Gabriel Boric, durante una rueda de prensa tras emitir su voto en el plebiscito por una nueva Constitución.
El discurso del mandatario era de lo más solemne: «Es muy importante que nos sintamos profundamente orgullosos. En los momentos difíciles que pasamos como país tomamos como opción para resolver nuestras diferencias más democracia, nunca menos. Eso nos tiene que hacer rebosar de orgullo patrio y nacional», decía Boric.
Pero muy pocos le escuchaban; todos estaban mucho más pendientes de las piruetas de un pequeño espontáneo, un niño de cuatro años enfundado en un traje de Supermán que daba vueltas sin parar –yo conté hasta nueve– alrededor del presidente a lomos de una bicicleta sin que en ningún momento alguien hiciera algo para sacarlo de allí.
Y, ante la travesura del crío, Boric continúa, imperturbable, con su alocución –«Eso es lo que nos pasa a los ciudadanos cuando queremos llamar la atención de los políticos, ellos siguen en sus discursos y los ciudadanos seguimos dando vueltas esperando una respuesta...», ha escrito algún tuitero mordaz–.
Al parecer, el protagonista de esta historia es un menor que ha sido acogido por la familia de la madre de Gabriel Boric como parte de un programa de protección de niños en situaciones problemáticas. Lo que dice mucho –y muy bueno– del compromiso social del entorno del presidente chileno.
