Audrey Hepburn

Siempre debería haber un espacio en cualquier periódico para hablar de ella. El ángel. La escuálida y maravillosa Audrey Hepburn. Durante el rodaje de ‘Desayuno con diamantes’, en una de las pausas los dos protagonistas masculinos: George Peppard y Buddy Ebsen, fuman tranquilamente. En esa época todos fumaban. Uno de los extras se acerca a Peppard y le susurra «Semper Fi» o lo que es lo mismo «Semper Fidelis» (siempre fieles). Peppard había servido con los Marines durante la Segunda Guerra Mundial, y este era el saludo con el que se reconocían los unos a los otros. Ebsen -que estuvo destinado en la guardia costera- sonríe melancólico. Audrey se había alistado en la resistencia holandesa siendo un adolescente y se jugó la vida ayudando a los pilotos que habían sido abatidos a regresar a Inglaterra. Emocionada se dirige a sus colegas «todos hicimos lo posible durante la guerra. No sé si fue decisivo, pero lo intentamos». Un operador de cámara se le acerca y le dice «Miss Hepburn, yo volaban con un B-17 y fui uno de esos pilotos a los que usted ayudó. Usted fue decisiva». A Audrey le resbalan unas lágrimas mientras George Peppard le enciende un cigarrillo. En esa época todos fumaban y todos fueron héroes.