Las terrazas son históricamente un tema polémico en la ciudad de Tarragona. Regular el espacio público no es tarea fácil y, además, en muchas ocasiones se ha utilizado como arma para hacer política. Sin embargo, y contra todo pronóstico, el gobierno de Rubén Viñuales lo ha conseguido. De hecho, para no quitar méritos a quien corresponda, la actitud y manera de hacer de la concejala Montse Adan ha sido la clave del éxito para poder desencallar esta histórica reivindicación. Todos los grupos municipales, sin excepción alguna, destacaron ayer durante el pleno, el talante amable y de consenso de la edil socialista.
Adan lleva meses reuniéndose con partidos, con restauradores y con vecinos, debatiendo una por una las alegaciones, vinieran de donde vinieran. El único objetivo era consensuar un texto en el que todo el mundo participara, pero en el que también han tenido que ceder en algún aspecto. Y justo de eso va la política. De negociar, de ceder, de dar y de defender. El problema es que no estamos acostumbrados a este tipo de política. Lo de ayer en el pleno fue un rara avis, y más teniendo en cuenta que se trata de un tema tan debatido como es el espacio público.
¡Ojo! Eso no significa que la nueva ordenanza guste al cien por cien a todo el mundo. De hecho, ayer VOX votó en contra y el PP se abstuvo. No obstante, ambos formaciones destacaron el buen trabajo de Adan. Que un texto cuente con el consenso general ayudará, sin ninguna duda, a su aplicación.