La grave inestabilidad que está generando el cambio climático puede incidir en el comercio y no solo en el comercio transfronterizo. Los conflictos interrumpen el suministro de alimentos y destruyen la capacidad de producción de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Esta inestabilidad tiene como contrapartida el aumento de los precios de los alimentos, cosa que afecta de manera desproporcionada a los hogares. En este contexto, las estrategias de gestión del riesgo –en particular las inversiones agrícolas mucho más resistentes a la inestabilidad del clima– pueden ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático, y evitar riesgos de conflicto.
La disposición y la productividad de las tierras de cultivo, por el agua, por el capital y por la mano de obra se están viendo muy afectadas por el cambio climático. Las altas temperaturas y la mayor frecuencia e intensidad de las sequías, las inundaciones y las lluvias están degradando gravemente la calidad de la tierra en algunas regiones y reduciendo el rendimiento considerablemente de los cultivos.
La disposición y la productividad de las tierras de cultivo, por el agua, por el capital y por la mano de obra se están viendo muy afectadas por el cambio climático
El incremento de la temperatura, el aumento del nivel del mar y el deshielo de los glaciares están alterando el ciclo hidrológico, lo que da lugar tanto a inundaciones como a la pérdida de suelo. Las reservas de agua en el subsuelo se están reduciendo en regiones con escasas corrientes de agua.
En general, y con este panorama, se prevé que la distribución del agua será todavía más desigual.
Hace ya tiempo que algunas personas auguran conflictos graves por culpa de la falta de agua en el mundo. Ya estamos viendo y viviendo los graves problemas que tanto en Cataluña como en otros lugares de España tenemos por culpa de la sequía y las dramáticas consecuencias que esto conlleva.
Los campos de cultivo se están secando y las cosechas se pierden, las granjas no tienen agua para poder atender a los animales, en muchísimos pueblos hay una enorme escasez de agua para poder abastecer a la ciudadanía.
La desertificación rural también es un gran problema medioambiental, pues produce principalmente desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo. No olvidemos tampoco la tala de árboles y arbustos por su valor maderero.
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, en su apartado de Desarrollo Sostenible, Naciones Unidas, hace mención al Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 de la Agenda 2030. Trata de proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.