El sol brillaba intensamente el 6 de enero de 2021. Los pájaros cantaban y miles de patriotas desarmados se reunían pacíficamente en Washington DC para un «día de amor». En palabras del presidente electo Donald Trump: «no se hizo nada malo en absoluto». Pero el asalto al Capitolio fue verdad. Más de 140 oficiales de policía fueron brutalmente agredidos y cuatro personas murieron. Pero no es así como parece recordarlo un número significativo de personas: el 6 de enero parece haberse normalizado. Una encuesta de ‘The Washington Post’ publicada el año pasado encontró que alrededor de siete de cada diez republicanos piensan que se le ha dado demasiada importancia al evento y que «es hora de seguir adelante». Como si de una amnesia colectiva se tratara. En grandes partes de EEUU, un descarado golpe de estado parece haber sido reconfigurado exitosamente como una protesta que simplemente salió un poco mal. Pero el motín en el Capitolio no fue el intento de golpe: fue solo una parte de una campaña más amplia de Trump y sus aliados para anular los resultados de las elecciones de 2020 a través de desinformación, intimidación y una serie de maniobras legales complicadas. El motín retrasó el proceso de certificación, pero Trump no logró llevar a cabo su golpe ese día, porque sus artimañas legales y sus intentos de soborno fracasaron. El intento de insurrección de Trump no le ha tocado políticamente: ahora es el legítimo ganador no solo del Colegio Electoral, sino también del voto popular. Trump es un talento político único. Su descaro es un superpoder que le permite salirse con la suya en cosas que otros mortales no podrían. No estamos seguros de que muchos otros políticos hubiesen podido llevar a cabo un 6 de enero y luego recuperar el poder. Sin embargo, la forma en que todo esto se ha desarrollado no solo se debe al talento de Trump: se trata de desinformación y un ecosistema mediático fragmentado. Puede que todos existamos en el mismo planeta, pero la forma en que vemos el mundo es fácilmente manipulable. Nuestra vulnerabilidad es alarmante. Eso ha sucedido. Eso está sucediendo. El drama del golpe del 6 de enero ocurrió hace cuatro años, pero es mucho más que historia: también sirve como lección para nuestro futuro.
Trump: cuatro años del golpe de estado
05 enero 2025 21:54 |
Actualizado a 06 enero 2025 07:00
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