El nombramiento de un leridano para conseller d’Agricultura no sorprendió a nadie. Nadie esperaba que el encargado de la agricultura y pesca catalana fuese un nacido en Hospitalet de Llobregat. El nombramiento de una gerundense como consellera de Territori i Mobilitat tampoco sorprendió a nadie. Es lo que el PSC lleva haciendo desde siempre y en este país una vez ocupas un espacio de allí nadie te echa ni con agua caliente.
Es cierto que algunos -como este Diari- tenían la esperanza que el nuevo govern de Salvador Illa nombraría los consellers en función de su competencia (nadie las pone en duda de momento) y también de la sensibilidad territorial (francamente mejorable), y en algún momeno llegamos a creer que sería posible que el conseller o consellera de las áreas de «empresa» (con turismo e industria) o «mobilitat» tuviesen una estrecha relación con Tarragona. Nuestro gozo en un pozo. Nada que objetar a Berni Álvarez, pero francamente creemos que merecíamos algún nombre más. Pero por si esto fuera poco, aprendemos hace unos días que el Secretari de Territori i Mobilitat no será otro que nuestro viejo amigo, Manel Nadal.
Manel Nadal regresa de nuevo como secretari de Territori i Mobilitat. En Tarragona le esperan los problemas del pasado. Esta vez no hay excusa
De Girona, obviamente, no vayan a cambiar en exceso los precarios equilibrios. Al menos, Manel Nadal (a diferencia de la consellera Paneque) no podrá aducir desconocimiento de la problemática tarraconense. Es un viejo amigo de nuestras rodalies, de nuestro tranvía, de nuestro POUM... No es de Tarragona, pero cuando abra los dossiers -cual Bill Murray en El día de la marmota-, esbozará una mueca. Porque el tiempo, para nosotros, no ha pasado. Cada día nos levantamos con los mismos problemas y los mismos contratiempos para solucionarlos.
Querido secretari, bienvenido al pasado... Esta vez, sin embargo, estaremos más atentos. Cuando lleguen los nuevos trenes, no vamos a aceptar cualquier excusa si alguien decide llevarselos al norte de nuevo. Esta vez, no. También esperamos verle antes del 1 de octubre, cuando ya será demasiado tarde.