El President de la Generalitat, Salvador Illa, acudió ayer al desfile militar del 12 de octubre en Madrid. Se trata de un cambio de 180 grados en la estrategia del Palau de la Generalitat. Illa explicó que Catalunya desea implicarse en un modelo de España «plural y diversa». Hacía catorce años que el Govern no asistía a la conmemoración de la fiesta de la hispanitad. El último jefe del Ejecutivo que estuvo presente fue José Montilla, en 2010. Ninguno de sus sucesores, Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès, habían participado en este acto institucional que presiden todos los años los Reyes. Desde el Palau de la Generalitat han situado la participación del dirigente socialista como parte de la «normalidad institucional» que el nuevo Govern socialista quiere instaurar en la administración catalana tras años de tensión por el Procés.
El protocolo se inventó para que cuando la política no funciona no se rompa todo. El protocolo es la última ratio. Si se no se respeta la política es imposible. No es un capricho ni una frivolidad sino un medio de mantener el respeto y las formas con independencia de las legítimas diferencias ideológicas.
Más alla de las diferencias ideológicas, es positivo mantener un mínimo de normalidad institucional. Para ello el protocolo es básico
En apenas dos meses en el cargo, Illa ha sido recibido por Felipe VI en la Zarzuela, se ha reunido con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y tiene pendiente de agendar un encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con quien ha coincidido en varios actos en Barcelona. También ha anunciado una gira para reunirse con presidentes autonómicos para explicarles sus planes en relación a la financiación de Catalunya y el proyecto de un modelo singular para su comunidad, que ERC considera que es un «concierto económico».
El pasado jueves, Illa acudió también al acto que protagoniza la cúpula de jueces y fiscales de Catalunya para inaugurar el año judicial, después de una década de ausencias del jefe del ejecutivo catalán en esta tradicional ceremonia, coincidiendo con el procés. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), Jesús María Barrientos, celebró la presencia de Illa porque recuperaba una «tradición de institucionalidad que nunca debería haberse perdido». Son pasos, que más allá de la polémica, suponen volver a una normalidad alejada de los grandes gestos épicos y apostar por la gestión del día a día.