La visita de Urtasun: Veni, vedi, fugit.

Un ministro del Reino de España, es un ministro del Reino de España. Y ayer, el Reino de España, en la persona del ministro Ernest Urtasun, llegó a Tarragona, se dio una vuelta muy pequeña (desde la Casa Canals hasta la Plaça del Rei) y «huyó» de Tarragona como una exhalación. Porque un ministro del Reino de España, que es ni más ni menos que un ministro del Reino de España, no concretó nada, en un momento que lo que más necesitamos es concreción. No decir nada es una opción vital a veces muy recomendable. Pero no decir nada, en política es decir mucho. El silencio, las pelotas fuera, la condescendencia con la que enumeró los temas que el Ministerio de Cultura tiene pendientes en Tarragona, creemos que no nos lo merecemos. Vamos por partes. El consorcio que exige el alcalde Rubén Viñuales, no es un capricho. Lo demanda la UNESCO. Todas las ciudades Patrimonio de la Humanidad han de tener un ente (le pueden llmar consorcio como en Mérida o no) que gestione las inversiones e impulse la preservación y la dinamización del conjunto protegido por Naciones Unidas. No es un capricho, ni una excusa, ni una idea de bombero: es una exigencia de la UNESCO. Por tanto la respuesta no puede ser: tengo muchas demandas. Estamos seguros que más temprano que tarde, y eso se va a hacer en esta lesgislatura, Tarrgona contará con una entidad que se ocupe y preocupe del Patrimonio Mundial, pero para ello la participación del Estado es esencial. Por lo que respecta al MNAT, sin el impulso de la Generalitat -que ha decidido agarrar el toro por los cuernos y licitar el proyecto de museaización adelantando los 3,2M€-, no tendríamos mueso a finales del 2026. Por tanto, venir a decir que otra Admninistración va a hacer los deberes que tú no haces, es un papelón. Y no concretar nada por lo que respecta a la Biblioteca Pública o la Necropolis Paleocristiana (¡¡¡que lleva cerrada desde los años 90 del siglo pasado!!!!!) es decepcionante. Nuestra paciencia tiene un límite y queremos creer que las cosas van a cambiar, que van a pasar cosas buenas, que se van a llevar a cabo proyectos que van a transformar radicalmente nuestra ciudad y todo el territorio. Es ahora o nunca. Esperemos que la próxima vez que vuelva, podamos recibir al ministro del Reino de España con una corona de laurel.