La instalación de placas solares se ha incrementado en la provincia de Tarragona en un 250% en un año, una cifra que da una idea clara del auge que está viviendo este sector energético. Gran parte de los sistemas fotovoltaicos instalados en los últimos meses se ha ubicado en viviendas de particulares, evidenciando la clara apuesta por el autoconsumo que se ha impuesto entre los ciudadanos y que irá a más a medida que las comunidades de vecinos se vayan incorporando a esta corriente. Sin duda, los elevadísimos precios de la electricidad y el gas que venimos sufriendo en los últimos meses tienen mucho que ver con esta explosión de la energía solar para abastecer de electricidad a los domicilios. Y, aunque quizá sea el factor fundamental, no es el único. La cada vez mayor concienciación ciudadana sobre la necesidad de optar por energías limpias y renovables y los fondos que llegan de Europa para potenciar este principio han jugado también a favor de este fenómeno.
Aunque los estudios confirman que la mayoría de los consumidores que han apostado por instalar paneles solares en sus viviendas han experimentado un ahorro mínimo del 30 o 40% de su consumo, con lo que amortizan la instalación en apenas 5 o 6 años, no es menos cierto que la instalación de placas fotovoltaicas requiere una inversión que no está todavía al alcance de todos los bolsillos. Menos aún en unos tiempos en los que una inflación desbocada se come gran parte de la economía de las familias, que han visto seriamente recortado su poder adquisitivo. En este sentido, dado el ahorro que las placas solares representan y que se trata de una energía limpia que abunda en este país, sería de desear que las administraciones faciliten con más subvenciones y ayudas la instalación de este tipo de energía. Y es que la generalización de este sistema supondría un beneficio para el medioambiente. Para todos, pues.