La sensación de inseguridad se ha incrementado entre los ciudadanos de la provincia de Tarragona. El hecho de que en poco tiempo se hayan producido en tres ciudades diferentes de la demarcación –Salou, Tarragona y Reus– sendos sucesos en los que se han llegado a disparar armas de fuego ha contribuido notablemente a este aumento de la percepción de inseguridad. Es verdad que, afortunadamente, se trata de hechos aislados y extraordinarios que en absoluto son habituales en nuestras comarcas, pero no es menos cierto que el crecimiento de plantaciones de droga en nuestro territorio, tanto en el exterior como en el interior de viviendas y pabellones industriales, ha atraído a un tipo de delincuencia muy peligrosa, como demuestran las detenciones llevadas a cabo en Francia con relación al tiroteo de Salou, que se saldó con dos personas fallecidas. No obstante, pese a ser estos sucesos de gran espectacularidad muy esporádicos, la realidad es que los hechos delictivos se han incrementado y los ciudadanos muestran su lógica inquietud. En este sentido, los robos y los hurtos, tanto a ciudadanos en la calle como en vehículos y viviendas, sin ser tan llamativos como los tiroteos, juegan un papel muy importante en la sensación de inseguridad de la población.
La denuncia por parte de los vecinos en el sentido de que no ven a agentes de policía patrullando a pie en la calle no debe caer en saco roto
Y es en este tipo de actos, sobre todo, donde las autoridades deben poner el foco de su trabajo. La denuncia por parte de los vecinos de las diferentes poblaciones de Tarragona en el sentido de que no ven patrullando a pie en las calles a agentes de policía no debe caer en saco roto. Está demostrado que la presencia de agentes uniformados en la calle ejerce un gran efecto disuasorio a la hora de cometer un delito. La repetida explicación de que hay policías en la calle pero de paisano, además de requerir un ejercicio de confianza de que en realidad sea así, solo sirve para reaccionar una vez se ha cometido el delito, con su consiguiente víctima, cuando el objetivo debe ser evitar que la acción delictiva llegue a producirse. El asunto es lo suficientemente importante como para ponerlo como una prioridad.