El mapa de hubs tecnológicos internacionales de Catalunya deja a Tarragona fuera. Este mapa, que se presenta como un reflejo fiel del panorama tecnológico del país, omite una vez más el sur del país, dando protagonismo exclusivo a Barcelona y su área metropolitana, y echando un vistazo también a Girona sin fijarse en Tarragona. Algo que no hace sino confirmar un centralismo persistente y perjudicial, tan arraigado en la política y la economía catalana (¡y en las infraestructuras!).
Es imposible no observar que esta omisión llega en coincidencia con uno de los episodios más caóticos del transporte público en Barcelona, mientras que en Tarragona, el servicio ferroviario ha estado operando con deficiencias durante meses. Pero en el caso del mapa de hubs tecnológicos, no es solo un problema de infraestructuras, sino también de reconocimiento y equidad. Tarragona alberga grandes nombres del sector tecnológico como T-Systems, BASF, Dow o DuPont (también Repsol, que por ser española no cumple los criterios de este mapa), empresas que están a la vanguardia de la innovación en sus respectivos campos. El hecho de que, a pesar de ello, nuestra Tarragona no figure en ese mapa es una injusticia flagrante.
Los responsables de la elaboración del mapa se han defendido alegando que, «metodológicamente», su estudio es «robusto» y que, «aunque no sea perfecto», el mapa refleja bien la realidad. Sin embargo, las excusas se acumulan, y lo que parece evidente es que no hay un reconocimiento real de lo de siempre. Tarragona tiene el potencial, la infraestructura y las empresas necesarias para ser una pieza clave en el ecosistema tecnológico de Catalunya. Este olvido sistemático no solo refleja una desconexión con la realidad territorial de nuestro país, sino también una falta de voluntad política para reconocer la diversidad y el dinamismo de los diferentes territorios.
Tarragona merece estar en el mapa tecnológico de Catalunya, y es una reivindicación legítima que no puede seguir siendo ignorada. La demarcación y nuestro sector tecnológico no deben ser silenciados. Ya es hora de que Tarragona tenga el lugar que le corresponde en el futuro de Catalunya. Aunque tenerlo, lo tiene. Ya es hora de que se nos dé el lugar que nos corresponde. Así que insistimos: «Barcelona: bienvenidos a Tarragona».