Del desastre al ridículo

El despropósito que afecta a todo lo relacionado con el transporte ferroviario en las comarcas de Tarragona ha alcanzado una nueva cota. Hasta ahora habíamos sufrido el calamitoso estado de las vías férreas, dejadas de la mano de Dios en cuanto a mantenimiento e inversión, que se ha traducido en una decena de trenes que se han quedado tirados durante los últimos meses. El incendio e inutilización del sistema de control de tráfico de Mont-roig ha conllevado un verdadero vía crucis para los usuarios de la línea Tortosa-Tarragona-Barcelona, con enormes retrasos que se han venido a sumar a los que ya sufrían tanto esta línea como la Riba-roja y Reus por el precario estado de la infraestructura. La solución articulada por las cabezas pensantes del Ministerio de Fomento no ha sido invertir recursos para subsanar con urgencia el pésimo servicio que prestan Renfe y Adif, sino modificar los horarios para alargar el tiempo de trayecto y disfrazar los retrasos. Lo insólito es que ni esto han sabido hacer bien los responsables ferroviarios, y las demoras siguen acumulándose sobre los nuevos horarios anti-retrasos. Los 19 trenes que realizan diariamente el trayecto entre Tortosa y Barcelona llegan ahora una media de siete minutos tarde, y cada día tres de estos convoyes registran retrasos superiores al cuarto de hora. Tras el carrusel de fiascos en líneas férreas, estaciones, corredor del Mediterráneo, tercer carril... ahora se ha logrado hacer simplemente el ridículo.