Robots inteligentes con mayor autonomía y nuevas habilidades, más objetos conectados en empresas, domicilios y espacios públicos, y nuevos productos más eficientes, ligeros, duraderos y adaptados a cada perfil genético, son algunas novedades tecnológicas que serán realidad este año. Según los expertos, todas estas posibilidades pasan por «el auge de la analítica de datos y el aumento de los objetos conectados a Internet, así como por las nuevas capacidades de la robótica colaborativa y la proyección de los vehículos autónomos».
En la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria de la Universitat Rovira i Virgili existen grupos de investigación centrados en esta área. «Está previsto que en dos o tres años la tecnología del coche autónomo esté totalmente desarrollada y en el mercado. Entonces, será el turno de su comercialización y veremos a qué precio», se pregunta David Riaño, coordinador de la URV del Máster de Inteligencia Artificial. También cobrarán protagonismo los edificios inteligentes. En este campo el investigador confirma que la tecnología está desarrollada y ya existen diferentes empresas que la implementan. «Estamos hablando de domótica avanzada, es decir, de la integración del Internet of Things (IoT), de manera que todos los elementos del hogar podrán tener sensores y un programa interno y de inteligencia, que se podrá programar», destaca David Riaño.
Avances en medicina
La aplicación de la inteligencia artificial también abarca el sector de la medicina. Al respecto, el director de la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria, Domènec Puig, asegura que «en el futuro más inmediato, la tecnología permitirá que existan herramientas de ayuda a la diagnosis automática a través de la imagen. Es un campo en el que se trabaja desde la URV». La gestión del conocimiento también conectará con la inteligencia artificial. Esto significa, en palabras del director de la ETSE, «que a través de la programación y del análisis masivo de datos, una máquina podrá ayudar a un médico a hacer más evidente aquello que él, de una forma más intuitiva, podría percibir pero que no podría constatar de una forma tan clara». Los investigadores recuerdan que para que estos programas sean inteligentes tienen que tener un módulo que los dote de esta inteligencia, igual que nosotros tenemos el cerebro. «Si se consigue encapsular un conocimiento que hay en un cierto ámbito, como la medicina y transformarlo en una estructura de ordenador, ese programa tendrá un razonamiento parecido al que hace un médico. Será un sistema de ayuda a la toma de decisiones. Los sistemas avisan y quien toma la decisión final es el personal humano», detalla David Riaño.
Revolución profesional
Las tendencias en inteligencia artificial también van encaminadas a revolucionar el mundo laboral. «El mercado laboral camina hacia el ámbito tecnológico y de más alto nivel. Se necesitarán personas más y mejor formadas. Se crearán muchos otros trabajos, que ahora ni imaginamos, y que derivarán del ámbito tecnológico. Habrá trabajo para todo el mundo si la gente es capaz de especializarse», concluye el director de la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria de la URV.
