Un juicio final para el Rei Carnestoltes donde la absolución fue impossible

Entre versos mordaces y testimonios hilarantes, los políticos locales no se libraron de los dardos satíricos sobre el caos turístico, las calles sucias y las promesas políticas que no han cumplido.

04 marzo 2025 13:08 | Actualizado a 04 marzo 2025 13:10
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En la puerta del ayuntamiento, un público ansioso hace fila con la esperanza de conseguir un hueco en la función del Judici Final del Rei Carnestoltes y su concubina, de la mano de la Colla la Bóta. Este año se celebraba en el salón de plenos para rendir homenaje a la Escola d’Art Dràmatic Josep Eixarch, quienes fueron los primeros en organizar este acto. El aforo limitado dejó a más de uno esperando resignado la segunda sesión. No era para menos, porque la expectación estaba por las nubes. «El público puede esperar mucha sátira y burla. Va a ser un juicio con parte de homenaje pero sin perder la critica humorística», aseguraba Jorge Pérez, director de la representación, minutos antes de la función. Y vaya si cumplieron.

En primera fila, caras conocidas de la política como Sandra Ramos, Jordi Sendra, M. Mercè Martorell, Jordi Collado y Maria Roig, quienes sabían que tarde o temprano, les caería algún que otro comentario que recibirían con humor. Este año, por primera vez, el juicio lo presidió una jueza. Por el estrado pasaron nombres burlescos como Josep M. Ressaquens i En Coma, Joan Miquel Nadal i Malbé, Josep Feliz Pajestreros Caspanova, Pau Risc-Humà Vaimorat, Ruinbien Vil-males Lalías y Sandra Ramera. Burlas claras a políticos actuales y anteriores.

Los testigos no se cortaron un pelo y trataron grandes temas de la ciudad: desahucios, la defensa del catalán, el caos de los pisos turísticos, el abandono del Serrallo, el machismo, los pactos entre los partidos políticos o las eternas zonas de aparcamiento de pago. Todo bien removido, bien agitado y servido con mucho humor. Las carcajadas se intensificaron cuando el personaje de Pau Risc-Humà se arrancó a cantar sobre el lamentable estado de las calles de la ciudad.

Al jurado se le informó que tenía una tarjeta roja y una verde para decidir la suerte de los acusados. Pero la tarjeta verde, la de la absolución, no existía y los acusados fueron condenados a muerte. El entierro se celebrará hoy a las 22 horas en la Plaça de la Font.

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