Una vez más, las calles del centro de Tarragona se han llenado este domingo de carros, caballos y carruajes de época por la festividad de los Tres Tombs, igual que se había hecho tradicionalmente por la festividad de Sant Antoni, patrón de los animales. Unos 17 caballos montados y 23 carros con 35 caballos más han protagonizado una edición más de los Tres Tombs, organizado desde el Gremi de Pagesos de Sant Llorenç i Sant Isidre, en un año marcado por algunas novedades en la cabalgata. Otro año, la Rambla Nova ha sido el escenario preferido para disfrutar de los animales.
Los carruajes salieron desde Vidal i Barraquer y enfilaron Ramón y Cajal para llegar a la Font del Centenari, el recorrido habitual. El cielo, aunque amenazador, no dio lluvia y el acto se celebró con normalidad.
Abría la comitiva la Banda de Cornetes i Tambors Verge de Misericòrdia de Reus, seguida de la Guàrdia Urbana muntada de Tarragona y de Reus, como invitada de honor. Tras la imagen y el pendón de Sant Antoni y el carruaje de las ‘pubilles’, todo un sinfín de los animales de varias procedencias. Destacaban un carro de aguardiente de Valls y un bocoy, lana de Capçanes, carbón, cosechas diversas y hasta un carro de bomberos. Entre las novedades, una reproducción fidedigna de un carro de la basura, cesión del coleccionista Jordi Rovira. Además, por primera vez, los Tres Tombs contaban con un carro para personas con movilidad reducida, especialmente aplaudido por el público. En la Rambla dieron las habituales tres vueltas que da nombre a la festividad, entre los Despullats y el Balcó.
Una vez llegados ante la tarima instalada en la Rambla Nova, las ‘pubilles’ soltaron unas palomas con sus mejores deseos para el Gremi de Pagesos y la esperanza de paz en el mundo. Así se cerraba una edición más de esta festividad tradicional catalana a la que cada vez le cuesta más encontrar relevo pero que sigue sacando centenares de personas a la calle.