Dice Aimar que ya ha avisado en el trabajo de que llegaría tarde. Espera, paciente, en la estación de trenes de Tarragona a que pase algún convoy que lo lleve hasta Barcelona.
De hecho, no sabe ni cuál va a coger, pues el que debía llegar antes va con un retraso de 40 minutos y, el que se suponía que iba a parar después, acabó haciéndolo antes.
«Ya he avisado en el trabajo de que llegaría tarde», Aimar, usuario
La vuelta a la normalidad de la circulación de trenes entre Tarragona y Barcelona fue precisamente eso, una vuelta a la normalidad de los retrasos a los que Renfe y Adif tienen acostumbrados a los usuarios.
Este lunes fue una incidencia en las instalaciones entre Torredembarra, Cunit y Sant Vicenç de Calders. «Voy habitualmente porque vivo aquí y estudio allí», apunta Aimar, quien insiste en que no se esperaba nada diferente: «A ver si a partir de ahora hacen las cosas mejor, pero es Renfe... No puede confiarse mucho».
Xavier y Pilar son pareja. Él vive en Tarragona y ella en Barcelona, así que van de aquí para allá. Esperan al primer tren, que es el que transporta a políticos y autoridades hasta la capital catalana.
El convoy, algo desgastado, dicho sea de paso, debía llegar a las 14.55 horas, pero lo hace a las 14.57 y sale de Tarragona a las 15.03. «No me creo que vayan a pasar trenes cada media hora porque la vía continúa siendo la misma; habrá mucho tránsito y no sé por dónde los harán circular...», manifiestan. La verdad es que es un sentimiento generalizado entre usuarias y usuarios.
«No me creo que vayan a pasar trenes cada media hora», Xavier, usuario
Ainhoa tampoco está muy convencida. En el andén espera a su tren y admite que no las tiene todas: «Es esperanza más que confianza, llevo tres años cogiendo trenes hasta Girona porque estudio allí y no es que hayan sido muy puntuales, así que confiar, no mucho... Pero espero que se reduzcan los retrasos».
Otra usuaria, que prefiere mantenerse en el anonimato, confirma el sentir de muchas personas acostumbradas a coger el tren: «Te lo tomas con más paciencia porque nunca sabes lo que te tocará y, al final, acabas planificando tu vida en función de los trenes». «Para que podamos confiar, Renfe y Adif deben cambiar muchas cosas», aclara.
Clara, por su parte, valora que «el hecho de poder coger el tren aquí [en la estación de Tarragona] ya es algo». Añade que tampoco le ha sorprendido que los convoyes llegaran tarde: «Siempre han ido con retraso». No obstante, afirma que la información del restablecimiento le ha llegado bien: «También es cierto que me la enviaban familiares y amigos», añade.
Valoración del plan alternativo
El restablecimiento del servicio lleva consigo el fin del plan alternativo de transporte por carretera entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders.
«El hecho de poder coger el tren aquí [en la estación de Tarragona] ya es algo», Clara, usuaria
Un plan que, en líneas generales, ha sido bien valorado por los usuarios: «Me ha ido muy bien porque con los buses no ha habido problemas de retrasos; ahora estamos a la expectativa», comenta Ainhoa. En la misma línea, otra usuaria expresa que «han funcionado bastante bien».
No obstante, el problema ocurría al llegar a Sant Vicenç: «Costaba saber dónde tenías que ir y, como los trenes llegaban tarde, no iban coordinados con los buses».
El reto que afronta el servicio está ahora en que esos retrasos que llevan años sufriendo los usuarios en la demarcación de Tarragona vayan reduciéndose poco a poco con las sucesivas obras que vayan produciéndose.