PSC y En Comú Podem están cada vez más cerca de llegar a un acuerdo para aprobar –seguramente con el aval de Junts per Catalunya– el plan fiscal del Ayuntamiento de Tarragona para 2024. Según indican al Diari fuentes de los dos partidos, ambas formaciones han acercado posturas a lo largo de los últimos días, principalmente en una negociación que se ha basado en cuatro puntos: subir un 20% la tasa de las terrazas; posponer el aumento de la zona azul hasta tener aprobado el nuevo Plan de Movilidad; no suprimir los abonos de la EMT; y triplicar el recargo del IBI por los pisos vacíos.
De hecho, el gobierno municipal socialista ya ha dado este lunes una primera muestra del deshielo con los Comuns durante la comisión de Hisenda. Y es que pese a que el quinto punto del orden del día era el de debatir y votar el incremento del 20% de la tarifa de la zona azul, verde y naranja de estacionamiento regulado en la vía pública, finalmente la modificación de la ordenanza fiscal se ha retirado de la sesión, por lo que tampoco se votará en el pleno extraordinario que se convocará para este próximo jueves.
¿El motivo de ello? Socialistas y progresistas han acordado que el encarecimiento se negociará cuando el ejecutivo de la Plaça de la Font apruebe el nuevo Pla de Mobilitat Urbana Sostenible (PMUS), que actualmente está en redacción. «No tiene sentido eliminar carriles bici y cambiar la tarifa cuando no tenemos este plan», destacaba el portavoz de En Comú Podem, Jordi Collado. A diferencia del IBI, la basura o el ICIO, el cambio de precio de esta ordenanza puede hacerse en cualquier momento del año, por lo que la previsión es que estas conversaciones se lleven a cabo en el marco de la negociación del presupuesto para 2024.
Solo se avalan los pisos vacíos
El segundo de los puntos de acuerdo en los que el PSC ya ha movido ficha ha sido con la retirada de la propuesta hecha inicialmente por el alcalde, Rubén Viñuales, para suprimir los abonos de la EMT para que estos se integraran en los de la Autoritat Territorial de la Mobilitat (ATM), lo que a la práctica se traduciría en un notable encarecimiento. En la rueda de prensa del pasado jueves la concejal de Hisenda, Isabel Mascaró (PSC), ya anunció que esta medida quedaba descartada. Precisamente, desde ECP se destaca que la aparición de la teniente de alcalde en las conversaciones ha sido clave para «destensar» y dar un carácter «más pragmático y posibilista» al plan de choque para lograr los 14 millones de euros que faltan para cuadrar los números de la Plaça de la Font para el próximo año.
La tercera vía de comunicación efectiva entre el PSC y Comuns se centra en el recargo del IBI por los pisos vacíos. De hecho, este ha sido este lunes el único punto que se ha aprobado en la comisión previa al pleno del jueves, ya que ha contado con los votos a favor de PSC y ERC, además de las abstenciones de Junts per Catalunya y ECP. La propuesta del gabinete liderado por Viñuales es pasar en 2024 del actual recargo del 50% a otro del 150%. Fuentes de Esquerra indican que su postura favorable se debe a que es un recargo «impulsado por nuestro gobierno», al que «ahora se le da continuidad».
Sin embargo, se da el caso de que el resto de propuestas tributarias que ayer puso sobre la mesa el gobierno local no se han avalado: el incremento del 7,4% del IBI; la derogación de la bonificación del 50% IBI para poner placas solares; el aumento del 12% de la tasa de la basura; y el aumento del 33% del impuesto de construcciones. Todas estas votaciones han contado con la abstención de Junts y ECP y el voto en contra de ERC y PP. Vox solo se ha abstenido en las placas solares. Con estos resultados, si se trasladaran al pleno del jueves, comportarían que solo se aprobara el recargo a los pisos vacíos. «Nosotros continuaremos negociando para sacar Tarragona de la situación económica en la que se encuentra el Ayuntamiento, con el objetivo de no dejar a nadie atrás para seguir prestando servicios públicos de calidad», indica la edil Isabel Mascaró.
Sin embargo, Junts y En Comú Podem dejan la puerta abierta a «seguir negociando» y transformar su posicionamiento en un «sí» que, de esta forma, permitiría superar el más que presumible «no» de ERC.
«Hoy se han visto dos talantes diferentes: el de Junts y Comuns para seguir negociando, y el de ERC, PP y Vox de oposición radical», criticaba el portavoz juntaire, Jordi Sendra, quien insta al PSC «a seguir conversando hasta el jueves por la mañana si es necesario» para poder llegar a un acuerdo. El líder independentista resalta, asimismo, que «hemos logrado reducir la burrada del 20% del IBI a una cifra de un solo dígito», añadiendo que «ahora debemos acabar de negociar, no hay ningún compromiso en el sentido de nuestro voto».
Por su parte, mucho más críticos son Esquerra y PP. «Hemos votado que ‘no’ a la subida del 7,4% del IBI. Nuestro tope es el 3,5%, vinculado al IPC, y el gobierno municipal ya lo sabía. Hemos visto como de la subida del 20% inicial se ha pasado a casi una tercera parte de lo que proponía. Es un juego perverso a través del cual quería que las familias se hicieran cargo de un aumento desmedido del impuesto», indica la republicana Maria Roig.
Por su parte, Maria Mercè Martorell (PP), reitera por enésima vez que su grupo «mantiene la misma postura», mostrándose de nuevo en contra de la mayoría de las ordenanzas fiscales. «La idea sigue siendo la misma: desde el primer día que se dijo que no se aceptarían las propuestas que han presentado porque afectan mucho a las familias. Se trata de un mensaje de coherencia porque las subidas que se proponen suponen frenar la economía de la ciudad», afirma la edil popular en declaraciones a este periódico.
Este martes, debate de terrazas
El cuarto punto del acuerdo entre PSC y ECP se ha escenificado esta misma tarde del lunes, cuando se ha convocado de urgencia para mañana –a las 11.30 horas– una nueva comisión informativa para analizar una de las principales líneas rojas de los Comuns en la negociación fiscal: el aumento de la tasa de las terrazas. Según las fuentes consultadas, el pacto entre ambas formaciones plantea la subida del 20% del tributo. «La regulación actual es de 1999, con Jordi Sendra y Maria Mercè Martorell en el gobierno. Debe actualizarse», afirma Jordi Collado (ECP), quien recuerda que «durante la Covid ya se suspendió el pago. Ahora el sector debe hacer un esfuerzo como hará el resto de la ciudadanía».
Las fuentes consultadas recalcan que el aumento supondrá «entre 100 y 200 euros anuales», recordando que la última subida de este tributo «es del año 2014». Se trata de una medida que tiene claros visos de poder ser aprobado, si bien Junts per Catalunya pide que se «modere» el incremento previsto. ERC, por su parte, aún no se moja.
Este mismo lunes, la edil de Comerç i Turisme, Montse Adan (PSC), ya informado de la iniciativa al presidente de la Associació d’Hostaleria de Tarragona, Javier Escribano, quien reconoce que la medida «no es buena» para el sector. «Hoy en día ya es muy complicado que un negocie funcione bien. La inflación ha reducido mucho los márgenes, y los costes de personal se han encarecido mucho», asegura, a la vez que añade que espera poder participar «desde el principio» en la redacción de la nueva ordenanza de las terrazas.