Transcurridos ya seis meses de mandato, el gobierno municipal en minoría del PSC cierra el año habiendo superado con nota los tres puertos de montaña de categoría especial que debía escalar en el primer tramo de mandato: la licitación del nuevo contrato de la basura, la reforma fiscal para subir impuestos y el presupuesto municipal para 2024.
En los tres casos, el alcalde Rubén Viñuales ha recibido el aval de Junts per Catalunya, mientras que también ha podido contar con ECP para subir tributos y las cuentas. Por su parte, Esquerra ha avalado el pliego de condiciones de la basura y el presupuesto, mostrandose únicamente en contra del incremento impositivo.
Hablar «sin apriorismos»
Ante este escenario de diálogo y entendimiento, la llegada ahora de una zona llana de la etapa de este mandato, con una parte de avituallamiento durante los primeros meses del año, permite bajar la velocidad de ruta para intentar un apelotonamiento. ¿Es posible traducir esta cooperación, pues, en una ampliación del gobierno municipal?
El maillot amarillo no lo descarta. «No nos cerramos a ello, ni mucho menos. Cuanto más manos seamos, mucho mejor», indica el alcalde, quien remarca que el próximo año hablará «sin apriorismos» con los partidos que, durante los primeros kilómetros de la legislatura, han «hecho un esfuerzo» para rodar con «una manera de hacer política a la tarragonina que genera envidia fuera de aquí», resalta.
El reto de Viñuales es no convertirse en el alcalde socialista que más tiempo ha estado con la mayor minoría desde la recuperación de la democracia: nueve ediles. El antecedente del PSC es el tercer ejecutivo de Josep Fèlix Ballesteros, que estuvo con nueve concejales 234 días: entre el 13 de junio de 2015 y el 2 de febrero del 2016, cuando pactó con PP y Unió. Viñuales lleva, de momento, 188 días, por lo que tiene 36 de margen para no superar al exalcalde. ¿Misión imposible? Todo parece indicar que sí, ya que pese a la puerta que abre, lo cierto es que solo Junts se plantearía negociar un posible pacto para entrar en el gobierno: ERC y ECP lo rechazan.
«Si el gobierno quiere hablar, lo haremos. Nosotros trabajaremos por la ciudad, ya sea desde el gobierno o la oposición», indica el portavoz de Junts, Jordi Sendra, quien indica «no tener líneas rojas» para gobernar con ERC y ECP para poder sumar mayoría.
Sin embargo, Jordi Collado (ECP) lo descarta. «Podemos convivir llegando a acuerdos puntuales con Junts, pero no gobernar juntos». Asimismo, Maria Roig (ERC), enfatiza la «oposición constructiva de Esquerra» pero descarta entrar en el gobierno porque «hay líneas rojas que nos separan mucho del PSC».
¿En la Plaça de la Font hay, pues, geometría variable para rato? A las puertas del 2024, todo parece indicar que sí, por lo que Viñuales deberá seguir rodando en solitario, con escapadas puntuales para seguir aspirando a ganar etapas hasta la meta del 2027.