Tarragona tiene un reto: habrá que multiplicar por seis la generación de energía renovable si se quiere alcanzar la descarbonización total en el año 2050, tal y como establece la Unión Europea (UE).
A los actuales 2.409,52 gigavatios-hora (GWh) de origen renovable habría que añadir otros 13.377,9 GWh más para alcanzar los 15.787,42 GWh estimados como demanda para el Camp y el Ebre en 2050.
El apagón nuclear recientemente reafirmado por el Gobierno español añade picante a la transición y la soberanía energética, que ya han sido arduo tema de debate.
Desde manifiestos apoyados por expertos de ámbitos diversos contra la gestión del anterior Govern hasta el último informe del Observatori de les energies renovables de Catalunya, que señala que solo el 13,5% de la energía generada en Catalunya y el 8,9% en Tarragona es renovable, mientras que el conjunto de España se sitúa en un distante 50,8%.
«Parece que vienen tiempos mejores para las renovables», Jaume Morron, experto en proyectos de renovables
Para más inri, el territorio perdió soberanía energética en 2023, en favor del aumento de la dependencia de importaciones foráneas.
El informe del Observatori asegura que «es más necesario que nunca avanzar con decisión en la materialización de la transición energética». De ello depende la competitividad futura.
Más aún teniendo en cuenta que los tres reactores nucleares de la demarcación (Ascó-1, Ascó-2 y Vandellòs-2) cerrarán definitivamente en octubre del 2030, en septiembre del 2032 y en febrero del 2035.
Se abre así un desafío mayúsculo, pues la Prospectiva Energètica de Catalunya (PROENCAT) 2050 marca que, en el año 2030, el 50% de la demanda eléctrica de toda Catalunya debe cubrirse con renovables. Un dato que, en 2050, ya debería llegar al 100%.
A nivel más global, Catalunya debe multiplicar por 22 la capacidad de generación de energía eólica terrestre y marina y la solar fotovoltaica hasta 2050. De aquí al 2030, la de generación eólica y solar fotovoltaica debe multiplicarse por cinco.
«Es más necesario que nunca avanzar con decisión en la materialización de la transición energética», Observatori de les energies renovables de Catalunya
¿Cómo se ha llegado hasta aquí, pues? El Govern de la Generalitat aprobó en 2019 un decreto para, según se expresó en el momento, favorecer la implantación de parques eólicos y solares en Catalunya.
La anterior norma, que había visto la luz una década antes, hacía imposible la consecución de los objetivos que se ha marcado el ejecutivo para los próximos años.
Desde ese 2019, Catalunya ha definido, positiva o negativamente, un total de 14.507,45 GWh –que es el 181% de los cerca de 8.000 GWh que genera un reactor nuclear– entre parques solares fotovoltaicos (7.357,14 GWh) y eólicos (7.150,31 GWh).
De todos ellos, 10.921,91 GWh –un 75,3%–, no han salido adelante, 2.000,4 GWh –un 13,8%– se encuentran aún en medio del proceso tras la autorización administrativa previa, y 1.585,1 GWh –un 10,9%– sí que han visto la luz verde definitiva.
Proyectos de energía solar fotovoltaica y eólica que han sido parcial/totalmente aceptados o denegados desde 2019 en Catalunya
Fuente: Jaume Morron/@dialecsost
En total, se han perdido inversiones –la mayoría en las Terres de l’Ebre, Ponent y el Camp de Tarragona– por valor de 700 millones de euros, así como más de 200 millones en concepto de ingresos de los municipios por impuestos y alquileres de terrenos, 128 de los cuales son en Tarragona.
De hecho, el 61,34% de la energía proyectada que la Generalitat ha rechazado estaba en la demarcación –6.699,7 GWh de 10.921,91 GWh–, teniendo el territorio un saldo de 2.257,21 GWh perdidos en parques solares y 4.442,49 GWh en eólicos.
En cambio, se ha dado el sí total a 163,03 GWh en solares fotovoltaicos y a 55,87 GWh en eólicos. Por su parte, 429,5 GWh de placas solares aún están en el limbo después del primer ‘sí’.
Son datos del consultor en comunicación de proyectos de renovables y exgerente de EolicCat –asociación que agrupa a empresas eólicas catalanas–, Jaume Morron, que evidencian que, desde 2019, en Catalunya se deniega más energía renovable de la que se acepta.
Entrando al detalle por tipologías y territorios, se observa que, en el caso de la energía solar fotovoltaica, Lleida, el Camp de Tarragona, la Catalunya Central y las Terres de l’Ebre son las que tienen un mayor protagonismo, tanto en las iniciativas que salen adelante como en las que no.
Tarragona especialmente en los que no, ya que cuarenta de los 103 proyectos solares denegados desde la entrada en vigor del decreto pertenecen a la demarcación, especialmente en la Ribera d’Ebre, entre Ascó y Flix, aunque también había uno en el Baix Ebre (L’Ametlla de Mar), otro en el Tarragonès (Renau), y dos en el Alt Camp (Vallmoll y El Pla de Santa Maria).
«La mayoría de las denegaciones son por incompatibilidad ambiental», Jaume Morron, experto en proyectos de renovables
En la eólica, más de lo mismo. De las sesenta prospecciones denegadas definitivamente, cuarenta estaban ubicadas en Tarragona. La mayoría en la Ribera d’Ebre, en municipios como Tivissa, en Rasquera o Riba-roja d’Ebre.
En cuanto a las iniciativas autorizadas, la mayoría son en las Terres de l’Ebre y en las de Ponent. Sin embargo, la gran parte de esos GWh que se han autorizado en primera instancia aún deben transitar por el desierto de la burocracia para, finalmente, poder construirse.
Precisamente ese mareo de la perdiz que la Administración catalana efectúa con la burocracia ya ha provocado que muchos promotores opten por desistir de sus proyectos e incluso decidan marcharse a otras partes del Estado, como por ejemplo Aragón, donde se aprobó hace pocos meses la creación del Clúster del Maestrazgo.
Será un complejo eólico que generará anualmente 2.276,14 GWh –el equivalente a un tercio de reactor nuclear– y que servirá para exportar electricidad renovable desde Aragón hasta la Comunitat Valenciana.
«Es necesario un esfuerzo considerable para revertir la situación actual», Sílvia Paneque, consellera de Territori, Habitatge i Transició Energètica
Próximamente, a mediados de octubre, el Ministerio de Transición Ecológica debe aprobar definitivamente trece parques eólicos que formarían parte del proyecto Sputnik, que engloba las tres líneas de muy alta tensión (MAT) de la empresa Forestalia que llevarían energía desde Aragón a Catalunya y que tanta polémica y rechazo han generado en el territorio.
El acuerdo de investidura al que llegaron ERC y PSC establece que «el Govern se opondrá a los proyectos privados de las líneas eléctricas de evacuación de muy alta tensión de la línea del Baix Cinca-Pierola-Rubí, la línea Valmuel-Begues y la línea Laluenga-Isona».