«Ser bombero es algo más que una profesión»

El personaje. Agustí Gatell se jubila después de pasar más de la mitad de su vida en el cuerpo. Fue jefe de la Regió d’Emergènciès, del GRAE, y de planificación y gestión

07 septiembre 2024 19:36 | Actualizado a 08 septiembre 2024 07:00
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Ha pasado más de la mitad de su vida vistiendo el uniforme de bombero, tanto de la Generalitat como cuando el Ayuntamiento de Reus tenía su propio cuerpo. Reconoce que ha pasado momentos duros, como en el incendio de Horta de Sant Joan en el que murieron cinco miembros del GRAF y él era el jefe accidental. También ha realizado trabajo burocrático como jefe de la Divisió de Planificació-Gestió de Bombers de la Generalitat.

Como gran apasionado de la montaña, ha terminado su carrera profesional en el GRAE (Grup d’Actuacions Especials) de Valls, los bomberos que se encargan de rescates y búsquedas de personas en lugares complicados. Ahora, recién jubilado, reconoce que «es difícil desvincularse de Bombers, porque es algo más que una profesión, sigo manteniendo muchas amistades, compartiendo muchas cosas».

Agustí Gatell i Trenchs (Valls, 1960) estudió magisterio en Tarragona e hizo el servicio militar en la Creu Roja de su ciudad natal. Por aquel entonces, la base estaba en la zona de la Fraternal, al lado del parque de bomberos. Ello influyó en la elección de la que sería su profesión. Cuando opositaba para entrar en el cuerpo de bomberos supo que su abuelo materno había sido jefe de la brigada municipal, que tenía la labor de extinción de los fuegos, ya que entonces era un servicio voluntario.

El 1 de junio de 1983 entró como bombero en el parque de Móra d’Ebre. Se acuerda todavía de su primer servicio: «Estábamos haciendo formación en el Alberg Jaume I de L’Espluga de Francolí. Teníamos que estar una semana. Pero salió un incendio forestal en La Figuera y nos mandaron allá». Después de pasar medio año en el parque de Montblanc, opositó al Ayuntamiento de Reus, donde se sacó la plaza de sargento. En aquel entonces, noviembre de 1986, los bomberos de Reus dependían del Ayuntamiento –al igual que los de Tarragona– pero tenían convenio con la Generalitat. Allí formó parte del Grup de Rescat de Montanya (GRM). Era montañero desde pequeño y hacía alpinismo en el Pirineu. «Salíamos a accidentes de escaladores y a búsquedas de desaparecidos en la montaña». Uno de los casos que recuerda es ir a desenterrar unos cadáveres: «Un preso había confesado un crimen en una casa del norte del Tarragonès y dijo dónde estaban los cuerpos. Fuimos nosotros, porque para acceder al lugar se tenía que bajar con cuerdas».

Cuando los bomberos de Reus pasaron a la Generalitat, en 1997, se sacó la plaza de oficial. Este mismo año, se hizo una reorganización de los grupos de rescate de montaña y subacuático y se creó el GRAE. Y Gatell estuvo como responsable de este grupo hasta el 2002. Reconoce que ya hacían muchos servicios e incluso en el extranjero. En 1999, un grupo de bomberos de la Generalitat se desplazó a Turquía para colaborar en los trabajos de desescombro después de un terremoto. «Rescatamos a una niña, a su madre y a otra persona mayor, todos con vida», recuerda.

Un salto

Con su acceso a subinspector, estuvo primero de jefe de guardia, responsable del Àrea Bàsica d’Emergència de l’Alt Camp i Conca y del proyecto de gestión de emergencias, la sala donde estaba el 112 y bomberos. En 2008 fue nombrado jefe de la Regió d’Emergències de Tarragona.

Uno de los momentos más duros vividos fue en julio de 2009. Estaba también de responsable de Terres de l’Ebre –por vacaciones de su titular– y se produjo el incendio forestal de Horta de Sant Joan: «Habíamos estado toda la noche en el incendio. A las 9 de la mañana me hicieron el relevo y me marché a casa. Al cabo de poco tiempo me llamaron porque había heridos y posiblemente algún muerto. Fue especialmente duro, tanto en aquel momento como en el proceso posterior». Añade que hubo un «linchamiento» hacia los responsables de bomberos «que hizo mucho daño a las personas directamente afectadas», señalando a algunos medios de comunicación y a partidos políticos.

En 2012 dejó Tarragona por Bellaterra para ejercer como jefe de la Divisió de Planificació-Gestió en una época de recortes. La situación cambió en 2018 con la presentación del proyecto 2020-25.

Polémica

En esa época, tuvo un importante enfrentamiento con los bomberos voluntarios. «Hacia mucho tiempo que pedían que se regulase la actividad mínima y para que, a la gente que no cumpliera, se la echase. Se habló con ellos a través del Consell de Bombers Voluntaris y se redactó con ellos un procedimiento de actividad mínima». Se exigía unos mínimos: prácticas, reuniones y que tuviese una disponibilidad mínima a través de una app. «Dimos muchas facilidades, aunque hubo bomberos que no se la quisieron instalar». Después de estudiar «caso por caso» se revocaron más de 300 nombramientos, lo que levantó las críticas de la Associació de Bombers Voluntaris: «La intención no era echarlos sino regular y saber en todo momento cuántos bomberos voluntarios hay disponibles».

En octubre de 2022 se abrió la base del GRAE en Valls. Agustí Gatell recuperó su categoría de oficial y, en abril de 2023, se incorporó como jefe de este grupo de bomberos, «que se inauguró estando yo de jefe de la Regió d’Emergències». Durante este final de su etapa profesional recuerda dos casos: la caída de un hombre al río en Móra d’Ebre y el rescate en agosto de un joven de L’Espluga de Francolí en la Vall de Boí.

Ahora, ya jubilado, reconoce que «cuando escucho una sirena, siempre miro».

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