Ayer a medidodía se descubría la placa que anuncia que desde ahora la pequeña plaza aledaña al Antic Escorxador, al lado del rectorado de la URV, se llama Plaça de la Rumba, en un recordatorio de que la ciudad tiene una tradición rumbera fuerte y viva.
La plaza es una propuesta de Albert Solà, hermano del fallecido rumbero Toni Solà y del grupo Vergüenza Ajena, que lanzaron la propuesta hace tres años. Después de pasar por la comisión de Nomenclator de la ciudad y demás trámites ayer por fin se materializaba.
Larga reivindicación
El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, y la concejala de cultura, Inés Solé, fueron los encargados de descubrir la placa. Solé destacaba que este homenaje «es una reivindicación de hace muchos años y este año se ha hecho realidad aquí, en la Part Alta, donde Toni Solà aportaba, con su música, la pasión por la rumba».
El alcalde por su parte destacaba «la importancia de la rumba en Tarragona, que lleva tanta gente en la sangre y que representa un baile del pueblo, popular, que hay que reivindicar».
En recuerdo de Toni
Tanto Albert como Montse Solà, ambos hermanos de Toni, creen que él habría estado feliz en este día y recordaban juntos su pasión por la música. «Mi madre contaba como de pequeño hacía campana de la escuela y se iba a la cueva, hoy el Cau, para que los gitanos le enseñaran a tocar la guitarra».
Albert, por su parte, recuerda que tenía un local en el Carrer Civadería donde le gustaba hacer los ensayos con las puertas abiertas para que los transeúntes y turistas pudieran pararse a escuchar y hasta les sacaba algo de beber. Incluso en los últimos años de su enfermedad siguió tocando en esta plaza hasta que le dieron las fuerzas.
Ayer no eran pocos los que celebraban el bautizo de la plaza. La periodista Cinta Bellmunt, autora de un libro sobre rumba catalana, comentaba que «es un reconocimiento al trabajo y a la perseverancia que desde las bases sociales ha desarrollado un grupo de personas en Tarragona para acercar esta faceta de la cultura catalana a la ciudadanía».
Como no podía ser de otra manera, después de descubrir la placa arrancó la fiesta en el octavo Vermut Rumber de Santa Tecla a cargo de Vergüenza Ajena y Retales 2.0. La actividad en la plaza, llena a reventar, y sus alrededores no se detuvo durante todo el día, porque al vermut le siguió la comida que podía hacerse en los Food Trucks instalados frente al rectorado. Ya por la tarde hubo rumba para los niños seguida de un ‘tardeo rumbero’.