El polo petroquímico del Camp de Tarragona consumirá en 2050 el equivalente a la energía que producen los tres reactores nucleares de Tarragona. Todo ello porque está llevándose a cabo un proceso de electrificación, que se enmarca en la necesidad que tiene la industria de descarbonizarse, es decir, de dejar de emitir CO₂ a la atmósfera.
Con lo cual, el gas natural que actualmente consumen la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) y el resto de empresas que forman el clúster ChemMed, en el futuro deberá ser electricidad.
Consumo actual y proyecciones de la industria química de Tarragona para 2030 y 2050, según los objetivos Europeos
Fuente: AEQT y EolicCat
Poniendo los números sobre el papel, las empresas del polígono petroquímico necesitan hoy 3.100 gigavatios-hora (GWh) anuales, que es el 39 % de los 8.000 GWh que producen cada uno de los tres reactores nucleares de la demarcación (Ascó-1, Ascó-2 y Vandellòs-2), que cerrarán definitivamente en octubre del 2030, en septiembre del 2032 y en febrero del 2035.
Eso teniendo en cuenta que Catalunya está a la cola del Estado español en renovables: tan solo un 31 % de la potencia eléctrica instalada en el territorio es verde. Es un déficit que existe en buena parte de la costa mediterránea y que tiene su antítesis en el norte y en la meseta.
En 2030, la necesidad industrial se multiplicaría por cinco y llegaría hasta los 15.100 GWh, que es lo que producen dos reactores nucleares. Una energía que, de momento, no se sabe de dónde provendrá, pues hay diversas posibilidades sobre la mesa.
En 2050, será necesario tener un consumo de 22.300 GWh, lo mismo que produjeron los tres reactores durante el pasado año, según el último informe del Observatori de les Energies Renovables a Catalunya. Todos estos cálculos se obtienen si, a la energía que ya consumen las empresas de por sí, se le suman las necesidades provenientes de las infraestructuras que están por venir y que posibilitarán la neutralidad.
Por ahora, un 35 % –1.085 GWh anuales– del consumo de energía de la AEQT es de origen renovable (con garantías de origen renovable y autoconsumo). Para alcanzar los objetivos que marca la Unión Europea, la producción limpia deberá ser del 50 % –7.550 GWh al año– del consumo en 2030 y del 100 % en 2050 –22.300 GWh anuales–.
«Se estudia la instalación de crakcers eléctricos, pero no pensamos que puedan ser viables hasta que pasen diez años», Maria Mas, directora gerente de la AEQT
¿Cómo se sustituye la nuclear?
Es la gran incógnita: saber qué se hará para sustituir esa energía nuclear que ya no existirá más allá de 2035. Para cumplir con los objetivos de que el 50 % de la energía sea verde sin nucleares, haría falta que la petroquímica consumiera el 68 % de lo que se genere con las tres líneas de muy alta tensión (MAT) que se plantean para traer renovables desde Aragón hasta Catalunya y que aportarían 11.000 GWh.
En el caso de que las MAT no tiraran adelante, esos 7.550 GWh que deben cubrirse demandarían 359 aerogeneradores en cincuenta parques eólicos que ocuparían 794 hectáreas, lo que significaría llenar el municipio de La Canonja de molinos. Si se decidiera utilizar únicamente fotovoltaica, se requerirían 10.066 hectáreas, algo así como ocupar Tarragona y Cambrils de placas solares.
El desafío se multiplicará en 2050, pues la previsión de consumo de la industria es de 22.300 GWh, el 100 % de los cuales deberán cubrirse con renovables. Eso sería, en el caso de la potencia eólica, 1.062 molinos repartidos en 2.410 hectáreas; más o menos, la superficie de Vila-seca.
Calculándolo únicamente con potencia solar fotovoltaica, harían falta 29.733 hectáreas, una superficie similar a la totalidad de la comarca del Baix Penedès.
Si se decidiera apostar por las MAT, serían necesarias unas seis tan solo para la industria de Tarragona, No obstante, lo más probable es que se optara por una mezcla entre la energía eólica, la solar y las importaciones a través de las líneas de muy alta tensión o de energía nuclear foránea.
«Existe la posibilidad de traer energía nuclear de Francia o de otras renovables provenientes de Aragón, por ejemplo, aunque la decisión y los planes son de la Administración», Maria Mas, directora gerente de la AEQT
La directora gerente de la AEQT, Maria Mas, expone que «estas proyecciones tienen en cuenta la descarbonización, no el crecimiento de la producción ni de las unidades». «La electrificación comporta un aumento de consumo importante, algo que no solo sucederá en la industria, sino que se extrapolará al resto de la sociedad», añade.
En el caso de que no se llegara a los objetivos marcados, desde la AEQT indican que «se trabaja para que ese momento no se produzca, pero existe la posibilidad de traer energía nuclear de Francia o de otras renovables provenientes de Aragón, por ejemplo, aunque la decisión y los planes son de la Administración».
La electrificación de la industria
El consultor en comunicación de proyectos de renovables y exgerente de EolicCat –asociación que agrupa a empresas eólicas catalanas–, Jaume Morron, establece que uno de los factores a tener en cuenta es que, presumiblemente, en 2050, ya no habrá coches que funcionen con combustibles fósiles.
En consecuencia, la cartera del polo industrial de empresas deberá ampliarse. ¿Qué hará, entonces, la industria petroquímica cuando eso suceda?
«Estas proyecciones tienen en cuenta la descarbonización, no el crecimiento de la producción ni de las unidades», Maria Mas, directora gerente de la AEQT
Mas argumenta que «existen iniciativas para optimizar los combustibles y, de esta forma, utilizar los sintéticos y los de tipo ‘bio’». Otra de las actuaciones que está llevándose a cabo es la conversión de turbinas de vapor en motores eléctricos.
En el caso de los crackers, las cementeras o las incineradoras, Mas admite que, por el momento, son procesos de difícil descarbonización y, lo que ya está planteándose, es la posibilidad de capturar el CO₂ para almacenarlo y reutilizarlo posteriormente. «También se estudia la instalación de crackers eléctricos, pero no pensamos que puedan ser viables hasta que pasen diez años», comenta.
Inversión de 2.300 millones
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el miércoles que el Ejecutivo lanzará cuatro nuevos programas dotados con más de 2.300 millones de euros para acelerar la transición energética en ámbitos como el hidrógeno verde.
Esta milmillonaria inversión podría tener un impacto en Tarragona, quien será la sede del Vall de l’Hidrogen Verd de Catalunya, uno de los principales proyectos del Estado para este vector energético. El Port de Tarragona acogerá esta futura sede en una alianza con las empresas del complejo industrial químico de Tarragona y la Universitat Rovira i Virgili (URV). El proyecto pretende liderar la transición energética en Catalunya.