Un hombre que estuvo navegando por la zona de baño de la Platja Llarga e hizo caso omiso a las indicaciones de los socorristas de Creu Roja vio cómo finalmente la Guàrdia Urbana procedía a la inmovilización del vehículo, que fue trasladado al Port Esportiu de Tarragona.
Los socorristas veían que la moto navegaba por la zona destinada a los bañistas y que el patrón no atendía a las indicaciones para que se alejase del punto ya que podía arrollar a alguna persona. Ante ello, Creu Roja solicitó la presencia de una patrulla de la Guàrdia Urbana. Al llegar, la moto estaba amarrada en una de las boyas del canal de entrada y salida de embarcaciones. Los socorristas le dijeron que estaba prohibido, pero no hizo caso. Antes ya la había dejado unos 10 minutos en la arena de la playa.
Los socorristas reconocieron que el patrón no había puesto en peligro la seguridad de los bañistas. Los agentes intentaron localizarlo, con resultado negativo. Les dijeron que podría ser cliente de un cámping cercano.
Después de más de dos horas de gestiones, contactaron con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil para retirar la moto y proceder a su inmovilización, a la vez que se le abría un expediente sancionador al patrón. Una lancha de Salvamento Marítimo, con personal de Creu Roja, remolcó la moto al Port Esportiu ya que el lugar donde la había dejado el patrón suponía un peligro. Finalmente apareció el dueño, al que se le indicó que dicha moto quedaba inmovilizada y que al día siguiente acudiera a Capitanía Marítima de Tarragona.