¿Por qué los grandes propietarios dejan pisos vacíos en lugar de venderlos o alquilarlos?

Esta casuística, sumada a la poca proliferación de los hogares sociales de protección oficial, termina provocando que la oferta se constriña aún más de lo que ya lo está

20 mayo 2024 19:28 | Actualizado a 21 mayo 2024 07:00
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¿Cuáles son los motivos por los que los grandes propietarios dejan sus pisos vacíos? Manuel Sosa, abogado, experto inmobiliario y administrador de fincas tarraconense, argumenta que «no les interesa tener inquilinos con contratos de duración permanente y con control del importe del alquiler». «Les resulta antieconómico, pues se les queda un activo inmovilizado y bloqueado», añade.

En este sentido, el director de la Càtedra UNESCO d’Habitatge de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Héctor Simón, dice que «la legislación juega un papel fundamental; por ejemplo, el régimen de control de la renta a los contratos de alquiler implementado en Catalunya y las obligaciones que deben seguir los grandes propietarios antes de iniciar un desahucio de personas en situación de vulnerabilidad no incentivan la puesta en el mercado de estos pisos».

«Lo hacen porque no les interesa tener a inquilinos con contratos de duración permanente», Manuel Sosa, abogado, experto inmobiliario y administrador de fincas

«Por lo tanto, solo se opta por no comercializarlos si la opción de hacerlo es peor: si sale económicamente menos rentable o si no hay suficiente seguridad jurídica para cubrir la renta o proceder al desahucio», añade.

Para Sosa, «es una irresponsabilidad, pues el gran tenedor debe ejercer su propiedad para usarla y destinarla a su finalidad, que es habitarse bien en régimen de alquiler o de propiedad, vendiéndola o alquilándola».

«Solo se opta por no poner estos pisos en el mercado si la opción de ponerlos es peor: si sale económicamente menos rentable», Héctor Simón

Director de la Càtedra UNESCO d’Habitatge de la URV

Admite que «en el caso del pequeño propietario, se dan otras circunstancias: a veces no puede o no le interesa alquilar la vivienda, pues tiene que hacer grandes reformas o la va a necesitar para sus hijos o hijas... prefieren tener su piso desocupado temporalmente hasta encontrar un inquilino de garantías».

Esta casuística, sumada a la poca proliferación de los hogares sociales de protección oficial, termina provocando que la oferta se constriña aún más de lo que ya lo está y que, con lo cual, acceder a un techo sea una tarea realmente ardua para aquellas personas con menos recursos.

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