Desesperación y enfado entre los agricultores que esta mañana han salido a la calle para manifestarse por las calles de Tarragona. La movilización respondía a dos reivindicaciones: el exceso de burocracia que les ha impuesto la administración en diferentes trámites de su trabajo y la reclamación de medidas efectivas para combatir la sequía. El centro de la manifestación ha sido la Imperial Tarraco. Más de 100 tractores han entrado por la Avinguda Andorra y han desembocado en la plaza, que ha quedado bloqueada durante más de una hora.
Agricultores de toda la provincia, desde el Priorat al Delta, pasando por el Baix Camp, han mostrado su indignación por una situación que consideran extrema. A las malas cosechas de los últimos años, se añade ahora la imposición de nuevos trámites burocráticos y una sequía que persiste y pone en riesgo el futuro de las explotaciones agrícolas y, directamente, la supervivencia del sector.
Con lemas como ‘La pagesia diu prou’ o ‘Producimos alimentos, sin payesía no hay territorio’, el sector mostró su enorme enfado. «Nunca habíamos tenido tantas cosas en contra y tanta ineficiencia», explicaba Pere Guinovart, coordinador de Unió de Pagesos en el Camp de Tarragona. Atacaron a la administración por falta de soluciones efectivas para la sequía o a la especulación de las grandes superficies en la cadena de precios.
Incluso han colocado un ataúd frente a la Delegación del Gobierno de #Tarragona que simboliza la situación desesperada del sector de la payesía #tractorada @uniopagesos pic.twitter.com/elgqo9nREC
— Diari de Tarragona (@diaridtarragona) May 9, 2023
«La situación en el Camp de Tarragona es de KO. Perderemos más de 5.000 hectáreas de avellanos», añadió Guinovart. Los testimonios de los numerosos agricultores asistentes a la protesta iban todos en esa línea: si no llueve de forma inminente se perderán las cosechas de este año.
La protesta acabó con diversos actos simbólicos, como el lanzamiento de piezas de ordenador a las puertas de la Subdelegación del Gobierno, para ilustrar la queja por la burocracia en un sector, además, con una brecha digital elevada, o la colocación de un ataúd, como metáfora del momento límite que vive la agricultura. También se acabó lanzando estiércol y restos de poda ante la Subdelegación.