Todos los ayuntamientos de los diez municipios más poblados de la demarcación de Tarragona han subido tributos para el año que viene con el objetivo de aumentar la recaudación para sostener los servicios.
Además de que es dinámica habitual en los primeros años de mandato, el aumento generalizado de los costes, las retribuciones de los trabajadores públicos y los intereses, y que, a priori, en 2024, el superávit ya no podrá destinarse al gasto del día a día, muchos consistorios tarraconenses han optado por una subida impositiva para cubrirse las espaldas con en unas modificaciones que han tenido al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) como protagonista esperado, ya que los diez principales entes locales de Tarragona han decidido aumentarlo, en mayor o menor medida, para el próximo año 2024. La tasa de residuos también la incrementan casi todos, puesto que la nueva legislación establece que debe cubrir el 100% del coste del servicio.
En total, el saldo que generarán las diez corporaciones es de, al menos, 28 millones de euros. Muchos expertos señalan que el primer año de mandato es ‘idóneo’ para acometer estas actualizaciones, pues no se vislumbran las próximas municipales hasta dentro de cuatro años y los primeros presupuestos de los gobiernos entrantes suelen incluir nuevos proyectos.
En la capital, la concejala de Hacienda y Servicios Internos, Isabel Mascaró (PSC), expresó en el pleno del pasado jueves que las medidas aprobadas «son pragmáticas»: «Esperamos llegar a acuerdos para los siete millones que faltan», apuntó la edil. Tarragona aumentará en 2024 un 7,4% el IBI, un 12% la tasa de basuras, un 33% el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) y un 20% la tasa de terrazas. Además, el gobierno logró sacar adelante el recargo del 150% del IBI de los pisos vacíos de grandes propietarios (en la actualidad, es del 50%) y la derogación de la bonificación del 50% del IBI por la instalación de placas solares.
Todo ello ha de garantizarle al consistorio unos ingresos adicionales de 6,5 millones de euros, que se sumarán a los que el ayuntamiento consiga tener con el plan de ahorro y racionalización interna. Tarragona ya aumentó en 2019 un 11,6% la tasa de basuras y volvió a subirla un 28% para 2023.
En Reus, el IBI aumentará un 12,5%, la tasa de la basura un 14% y el ICIO un 45,4%. Además, también se actualizan otras tasas como la de la grúa y la de recogida de residuos comerciales. Lejos de los catorce millones que faltan en Tarragona, el descubierto del consistorio de la capital del Baix Camp asciende a nueve millones de euros, según la alcaldesa, Sandra Guaita (PSC). En 2019 y 2021, Reus ya subió el IBI y las basuras un 9,7% y un 2%.
El gobierno actual declaró que, a pesar de las subidas, su política fiscal se rige por «una sensibilidad social» y aseguró que se contemplan subvenciones en los importes de los impuestos «para los colectivos con más vulnerabilidad». Estas actualizaciones de tributos nutrirían al Ayuntamiento de Reus con una recaudación extra de algo más de ocho millones de euros.
La siguiente localidad con más población es El Vendrell, que, en total, ganará poco más de dos millones de euros con el aumento de un 2% del IBI y del 30% de la tasa de basuras. El consistorio ha actualizado también la plusvalía municipal. El concejal de Hacienda, Baltasar Santos (PSC), argumentó que «es necesario un nuevo reequilibrio financiero que asuma la regularización de los contratos de servicios, con el incremento de costes laborales y de materiales y los nuevos precios de los consumos eléctricos y de los gastos financieros».
Cambrils, por su parte, es uno de los pocos municipios que no toca el impuesto de basuras: sube un 9,5% el IBI y cerca de un 1% del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) o impuesto de circulación, que asciende al tope permitido por el Estado. El alcalde, Alfredo Clúa (PSC), aseguró que la subida se utilizará «para garantizar servicios de calidad a la ciudadanía». Una subida con la que se prevé recaudar 1,6 millones de euros más.
En el caso de Tortosa, el gobierno tiene una previsión de ingresos extra de unos 2,8 millones. El consistorio aumentará un 17,95% el IBI, un 19% el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), un 0,60% el impuesto de circulación, un 28% la tasa de recogida de residuos y aplicará una nueva penalización de un recargo del 50% del IBI a los pisos vacíos de grandes propietarios. El alcalde, Jordi Jordan (Movem-PSC), apuntó que también «hay que contener y racionalizar el gasto».
Calafell, por su parte, cuantifica la cantidad extra a ingresar en tres millones de euros por la subida del 12% del IBI, del 10% del impuesto de circulación, del 32% de la tasa de basuras y del 33% de la de terrazas. El alcalde del municipio, Ramon Ferré (PSC), anunció hace un par de semanas que sería necesario actualizar los tributos por el incremento de costes, algo que pasó por el plenario municipal el pasado viernes. «La alternativa sería recortar servicios o inversiones», comentó Ferré.
la financiación de los ayuntamientos siempre ha estado en tela de juicio
2,2 millones más son los que se ingresarán en Salou, municipio que, para el próximo curso, incrementará el IBI en un 9,8% y la tasa de basuras y de ocupación de vía pública en un 10%. El concejal de Hacienda y Gestión Económica, Yeray Moreno (Sumem per Salou-PSC), justificó el aumento en «ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos».
La capital del Alt Camp subirá los tributos por primera vez en cuatro años: un 3,49% el IBI, un 4,40% el IAE (en zonas concretas) y un 13,70% el impuesto de circulación. No obstante, el consistorio expone que «el coeficiente del IVTM en Valls aún es el más bajo de entre las principales ciudades de la demarcación» y que «la subida del IBI está por debajo del IPC del 4,5% con el que se prevé acabar el 2023». El consistorio vallense aún no dispone del dato de cuál será la recaudación extra.
Vila-seca también subirá impuestos: un 8% el IBI, tal como se aprobó en el pleno del pasado viernes. La concejala de Hacienda, Economía y Finanzas, Elisabet Torrademé (Vila-seca Segura), expresó que la revisión al alza responde a las necesidades del consistorio de incrementar los ingresos para afrontar los gastos corrientes en todas las áreas. La recaudación de más ascendería hasta el millón de euros.
Por último, Amposta generará un extra de 1,2 millones de euros por el aumento de un 10% del IBI y del impuesto de circulación, y también por la actualización de la basura, que sube un 36%, del IAE, de la plusvalía y de algunas tasas, como la de ocupación de la vía pública. «A grandes rasgos, volvemos a la situación que nos encontramos en el 2015, recuperando los tipos impositivos de ese momento; hay casos en los que, incluso, nos quedamos por debajo, y en algunos actualizamos la tasa o el impuesto al IPC», argumentó el alcalde del municipio, Adam Tomàs (ERC).
Muchos expertos consideran que los consistorios necesitan una mejor financiación para hacer frente a los servicios que ofrecen, algunas veces en sustitución de otras administraciones.