Tarragona acoge este fin de semana el XXVIIIè Concurs de Castells, en una edición más esperada de lo normal tras no haber podido celebrar la de 2020 por la pandemia. Un evento que, además de traer a la ciudad muchas collas con muchos castellers, también acoge miles y miles de aficionados y fanáticos de las torres humanas. Por ello, los hoteles y apartamentos de la ciudad ya colgaron hace días el cartel de «lleno», y los bares y restaurantes ya se han preparado para dar de comer y beber a todos los visitantes.
Hay que tener en cuenta que entre la sesión del sábado y la del domingo pasarán por la TAP más de 20.000 personas, entre participantes, público, trabajadores de los medios de comunicación y miembros de la organización. Y es probable que también acuda a la ciudad mucha gente que, sin participar en el Concurs ni tener entrada para verlo, quiera disfrutar de las diferentes actividades que se han organizado alrededor de la mayor fiesta castellera. De estas, destacan la III Diada Internacional de Castells –en la que actuarán los Castellers of London, los Castellers de París, los Xiquets de Copenhagen, los Castellers d’Andorra y la Colla Castellera de Madrid– y la Fira de Productes Castellers –que se montará ambos días en las inmediaciones de la TAP–.
Eloy Capdevila, director del Hotel Lauria, ubicado en la Rambla Nova, cuenta que «tenemos todas las habitaciones reservadas desde hace dos meses». Aunque este suele ser «un fin de semana en el que cada año tenemos buena ocupación, no colgamos el cartel de completo con tanta antelación si no es año de Concurs». Capdevila no tiene constancia que grupos grandes de castellers hayan cogido habitación, pero una prueba de que la mayor parte de clientes serán castellers es que cuando salieron las entradas hubo varios días de cancelaciones, «de gente que había reservado por al final no consiguió entrada, aunque estas plazas se vendieron al momento». Además, el responsable del hotel asegura que «desde entonces no hemos parado de recibir llamadas de gente que quería preguntarnos en persona –aunque en la web ya saliera que estábamos llenos– si había alguna habitación disponible. Lo cierto es que ha habido mucha previsión por parte de los castellers y aficionados que ya saben como se pone la ciudad este fin de semana».
Por su parte, Xavi Jornet, presidente de la Associació d’Hotels de Tarragona Ciutat, preveía a mediados de semana que los alojamientos colgarían el cartel de completo para la noche del sábado al domingo, pero calculaba una menor ocupación –del 80%– el viernes. Hay que tener en cuenta que la jornada del sábado empieza por la tarde, con lo que los visitantes tienen toda la mañana para llegar a Tarragona.
Con todo, Jornet valoraba muy positivamente el Concurs de Castells y la promoción turística que supone más allá de evento, pues será la oportunidad para que los asistentes conozcan Tarragona: «Es un tipo de producto que enlaza muy bien con lo que queremos como ciudad, un turismo cultural». Asimismo, el representante del sector hotelero también pide que se potencien las actividades complementarias al Concurs, «de manera que, como ocurre con las finales de la Champions League, por ejemplo, viaje tanto la gente que tiene entrada como la que no la ha conseguido».
Otro tipo de alojamiento al que también se le ha agotado la oferta son los apartamentos turísticos. Jordi Vilar, el presidente de la reciente Associació d’Apartaments Turístics i Hostels de Tarragona Ciutat y gestor de tres edificios con 53 viviendas de uso turístico reconocía un «lleno absoluto». Igual que Jornet, reivindicaba la «calidad» del «turismo cultural», y se mostraba muy contento de que Tarragona acoja eventos del tamaño del Concurs de Castells.
Al sector de la restauración también se le ha girado trabajo para este fin de semana. En líneas generales todos los establecimientos de la zona más céntrica de la ciudad tendrán una mayor actividad de lo normal, pero especialmente lo notarán los bares y restaurantes más cercanos a la TAP. Justo al lado de la antigua plaza de toros se encuentra el bar Rianxeira, y su propietaria, Montse Garófano, ya sabe de que va el fin de semana de Concurs. Es la quinta edición que vivirán, aunque en las tres primeras regentaban otro bar en el mismo Carrer Mallorca. «Los dos días estaremos aquí desde muy pronto, a las seis ya empezaremos a preparar bocadillos y el café lo pondremos en termos para ir más rápido», señalaba Garófano, que casi triplicaran el personal, pasando de los tres que son ahora a los ocho trabajadores para los dos días de Concurs.
Justo enfrente del Rianxeira está el ATK. Su propietaria, Karla Mejía, explicaba que «pondremos una barra fuera para ir más ágiles y que no se colapse el interior del local». En su caso es el primer concurs que vivirán con el negocio tan cerca de la TAP, aunque forman parte de la Colla Castellera Sant Pere i Sant Pau «y ya nos han avisado de que supone un Concurs y nos hemos preparado bien».
Con todo, el presidente de la Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona Ciutat, Javier Escribano, destaca tanto la importancia de recibir visitantes catalanes para potenciar el cliente local como el hecho que estos eventos incentiven el turismo fuera de la temporada estival.
