Las últimas 33 cabinas telefónicas de la ciudad tienen los días contados

En la ciudad sobreviven una treintena de teléfonos públicos y sólo uno en cubículo de cristal. El 31 de diciembre vence la obligación de mantenerlos operativos

08 noviembre 2017 08:12 | Actualizado a 09 noviembre 2017 10:15
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¿Cuándo fue la última vez que utilizó una cabina telefónica? Si se le pregunta a algún adolescente la respuesta puede que sea «nunca». Hacemos la prueba con Núria y Ane, dos jóvenes de 16 años que dicen no haber usado nunca una. De hecho ninguna de las dos se había percatado siquiera de que había una a pocos metros de su instituto.

Hacemos una prueba a ver si sabrían utilizarla y Ane reconoce, de entrada, que no se sabe de memoria ningún teléfono. Todos los tiene en el móvil, así que de poco le serviría la cabina. Es entonces Núria la encargada de hacer la prueba y llamar a su casa. Encuentra el sitio para meter las monedas, pero no sabe que debería descolgar primero… Vuelta a empezar. Se equivoca en un número. «¿Cómo se hace para borrar?». Descuelga de nuevo, se pone a ver las instrucciones. «Con lo fácil que es coger el móvil», se ríe su amiga. Al final lo consigue, llama a su casa y comenta incrédula: «No pensé que funcionara… Es una pena que las quiten».

Núria se refiere a que los teléfonos públicos de toda España tienen los días contados. De hecho, podrían dejar de prestar servicio a finales de este mismo año

El año pasado el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital designó a Telefónica como operador encargado de la prestación de los «servicios universales» (entre ellos las cabinas y la elaboración de guías telefónicas) después de que el concurso quedara desierto por la ausencia de participantes.

La orden ministerial obligaba a Telefónica a seguir prestando estos servicios desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2017, con la posibilidad de extenderla un año más, hasta el 31 de diciembre de 2018. De esta posible prórroga, a día de hoy, no se sabe nada.

En la ciudad de Tarragona sobreviven, aunque para muchos pasen desapercibidas, 33 cabinas telefónicas. En la web de Cabitel (www.cabitel.es) se puede ver que hay siete en los barrios de Ponent, dos en Sant Pere i Sant Pau, dos en Sant Salvador, dos en La Móra y 20 en el núcleo central de la ciudad y la Part Alta. 

Sí, funcionan

Para tener una idea del estado de conservación nos damos a la tarea de ubicar, a través de la página web, 10 cabinas cercanas al Diari de Tarragona. Casi tan sorprendidos como las dos jóvenes descubrimos que siete de ellas funcionan correctamente. 
Entre las que no funcionan incluimos, por ejemplo la que  está en la Rambla Nova, de espaldas la Font del Centenari, porque aunque nos permitió realizar una llamada (que interrumpimos antes de que contestaran) se «tragó» la moneda de 50 céntimos. 

Eso nos hace recordar que no teníamos ni idea de lo que cuestan las llamadas desde un teléfono público: 35 céntimos para una llamada local y 50 céntimos para llamar a un móvil. Además, en las pruebas que hacemos, da igual que la llamada dure unos segundos: nunca nos regresan las vueltas ni que hayamos puesto el importe en monedas pequeñas. Tampoco se pueden hacer llamadas al exterior.

En general, el día del recorrido, las cabinas están razonablemente limpias y en condiciones. «El problema que tenemos son todos los carteles que les pegan», reconocen dos técnicos a quienes encontramos tratando de reparar la única cabina ‘modelo garza’ de la ciudad (con paredes y techo), ubicada frente a la oficina del paro.

Cuentan que se afanan en que las cabinas, a pesar de tener los días contados, resistan al vandalismo y luzcan un aspecto digno. Ellos también se lamentan de que estén en extinción. Recuerdan que hasta hace poco daban un gran servicio en pueblos aislados donde eran utilizadas, por ejemplo, para recargar los móviles, un servicio que ahora ya no ofrecen.
Al final la pregunta es: cuando desaparezcan las 33 cabinas ¿quién las echará de menos?... Al menos los dos técnicos que las reparan seguro que sí.

Salvar la última ‘modelo garza’ de Tarragona

En Tarragona sólo sobrevive una cabina de esas que conservan la estructura tradicional (un cubículo con techo y paredes de cristal) o de ‘modelo garza’, como las conoce Teléfónica.

La cabina en cuestión está ubicada en la calle Sant Antoni Maria Claret, frente a la oficina del paro, y aunque el teléfono que hay dentro no funciona, encontramos a un par de técnicos intentando arreglarlo. Han detectado un problema en la línea, probablemente por culpa de obras en la calle.

Se da el caso de que hay una ‘hermana’ de esta cabina, de idéntica apariencia en Barcelona. También es la última de aquella ciudad, y justo por ello se ha hecho célebre y podrá salvarse del previsible declive.

Tras un campaña en Change.org y la movilización vecinal se ha llegado a un acuerdo para que Telefónica la ceda al Ayuntamiento de Barcelona. Los vecinos realizaron una consulta hace unas semanas para decidir qué uso darle. Finalmente se decidió instalar allí un punto de Bookcrossing (intercambiador de libros). Otras opciones eran instalar un teléfono de civismo o un punto wifi. Por proponer hubo hasta quien dijo que debería quedarse para que se cambiara Superman.
En el caso de la cabina de Tarragona, el Diari abrirá el debate en Twitter con la etiqueta #ultimacabinaTGN , para conocer la opinión de los ciudadanos sobre cuál debería ser su destino.

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